Un restaurante situado en el centro urbano de O Grove fue escenario en la noche del jueves de un violento altercado protagonizado por uno de sus clientes. Lo sucedido desató importantes críticas en la villa, ya que pone de manifiesto una vez más los "problemas de seguridad ciudadana que se aprecian en la localidad de un tiempo a esta parte".

Lo cierto es que en el momento del incidente no había efectivos de Policía Local en las calles, ya que no patrullan por las noches. Por si fuera poco parece que los números de la Guardia Civil "tardaron mucho en acudir al lugar", puesto que se habrían desplazado a O Grove desde Sanxenxo.

Los vecinos que presenciaron los hechos indican que se vivieron momentos de "enorme tensión y nerviosismo". Tanto es así que incluso fue preciso requerir la presencia de una ambulancia que tuvo que atender a al menos una persona, aunque se desconoce si se trataba del autor de la gresca o si era alguien afectado por su comportamiento.

Relatan los vecinos y testigos de los hechos que todo comenzó cuando una pandilla de jóvenes cenaba en el interior de un restaurante situado cerca del puerto y la casa consistorial de O Corgo.

Todo indica que uno de los integrantes de esa pandilla se quedó solo, ya que los otros abandonaron el local, y empezó a mostrar "una actitud muy nerviosa y violenta".

Los testigos aseguran que "empezó a gritar, a dar golpes y a tirar las cosas, incluso destrozando parte de la vajilla del local".

Quienes así se pronuncian se preguntan "quién va a responder de todo esto si algún día ocurre una desgracia, pues cada vez estamos presenciando más problemas por las noches y no hay agentes policiales a los que acudir".

Hay que recordar que en las últimas semanas ya se denunciaron numerosos problemas en este sentido, siempre en horario nocturno, tanto en lo que se refiere a robos o tentativas de robo en diferentes negocios como a destrozos en mobiliario urbano y bienes privados.

Recientemente vecinos de una céntrica calle de la villa dijeron sentirse perjudicados por los jóvenes que practican botellón y realizan pintadas en las paredes o rompen todo tipo de elementos; unos chicos que, aseguraban los denunciantes, llegaron a amenazar y amedrentar a los vecinos.