El episodio tóxico primaveral, que desde principios de abril mantuvo bloqueada la extracción de mejillón en las rías gallegas, parece agonizar. Con este tipo de fenómenos naturales ninguna predicción es fiable, pues un cambio del tiempo puede provocar un repunte de células, pero la buena noticia para el sector acuicultor y los consumidores es que a estas alturas la situación ha mejorado tanto que ya hay más polígonos bateeiros abiertos (29) que cerrados (21).

Durante el fin de semana el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) constató en sus analíticas un descenso tan acusado de toxicidad que autorizó de golpe la reapertura de nueve polígonos, cinco de ellos localizados en aguas arousanas y los otros cuatro distribuidos por la ría de Vigo. Y eso no es todo, sino que se obtuvieron también los primeros resultados negativos en toxinas para los cuatro de O Grove, por lo que podrían reabrir hoy mismo.

Respecto a Arousa, la reapertura de los polígonos Ribeira B, Ribeira C, Pobra H, Pobra G y Cambados A1 eleva a 16 los disponibles para la extracción, por lo que únicamente permanecen cerrados los seis restantes, entre ellos los cuatro de O Grove antes aludidos.

En la ría de Vigo fueron los Cangas F, Cangas G, Cangas H y Cangas C los que durante el fin de semana dejaron patente en las analíticas realizadas la desaparición del episodio tóxico, lo cual permite a los mejilloneros extraer producto tanto en esos polígonos como en el Cangas E, Redondela A, Redondela B, Redondela C, Redondela D y Redondela E. Esto es tanto como decir que está abierta prácticamente toda la ría viguesa, pues la extracción de moluscos bivalvos cultivados en viveros flotantes ya solo está prohibida en el Cangas D.

La situación también es positiva en la ría de Ares-Betanzos, ya que están igualmente disponibles todas sus bateas, en este caso distribuidas en los dos polígonos de Sada.

Peor lo tienen, como de costumbre, en la ría de Pontevedra, ya que fue la primera afectada por el episodio tóxico -en algunas zonas presente ya desde mediados de marzo- y continúa a estas alturas con sus ocho polígonos cerrados a cal y canto.

Tampoco están mejor, ni mucho menos, los bateeiros con parques de cultivo situados en la ría de Muros-Noia, ya que sus cuatro polígonos siguen cerrados desde principios de abril a causa de la presencia de toxinas lipofílicas.

De cualquier modo, como se apuntaba al principio, la situación tiende a mejorar, y si continúa adelante el actual proceso de desaparición de las biotoxinas pronto podrían abrirse también esas bateas que siguen clausuradas.

Esto permitiría afrontar con garantías la campaña de verano y, sobre todo, preparar la de industria, que suele desarrollarse desde agosto y que el año pasado se interrumpió prácticamente hasta octubre o noviembre -dependiendo de los casos- precisamente a causa de la fuerte presencia de las biotoxinas marinas en las rías.

Para terminar, baste recordar que se trata de un episodio natural perfectamente controlado y que no entraña riesgo para la salud pública si el mejillón se comercializa y adquiere por cauces legales.