El presidente de la Diputación, Rafael Louzán, redobló ayer sus esfuerzos para conseguir el apoyo del Bloque y gobernar de forma conjunta la institución provincial. Tras varias negativas por parte de los nacionalistas, Louzán elevó su apuesta y les ofreció "un pacto sin límites", convencido de que una alianza PP-BNG sería la opción que mejor defendería "el interés general". Por primera vez en la democracia el PP ha perdido la mayoría absoluta en la Diputación, al pasar de 17 a 12 representantes; el PSOE tiene 10, el BNG, cuatro y Marea, uno.

En su argumentario, recordó que en los últimos doce años la Diputación que él dirige y el Concello de Pontevedra habían trabajado "de una manera coordinada, independientemente de tener [el PP] la mayoría absoluta". Louzán resumió estas buenas relaciones en una frase: "Nos entendemos".

La nueva oferta del presidente del organismo provincial, sin embargo, contó, una vez más, con el rechazo nacionalista. "Es obvio que no habrá pacto", replicó Miguel Anxo Fernández Lores, alcalde de Pontevedra. "Lo descarto públicamente; está escrito y si no está, lo escribimos", recalcó.

La negativa del BNG, al menos en público, a siquiera negociar un posible acuerdo con el PP para que éste mantenga el poder de la Diputación no amilana a Louzán, que mantiene que esa opción es la mejor. Además, en su discurso introdujo ayer un nuevo elemento: si al final pacta con el PSOE, "acabará fagocitado, clarísimamente".

En este sentido, recordó que la formación nacionalista acababa de perder todos sus representantes en las corporaciones de Vigo y Ourense, y en la Diputación de Lugo había sufrido una merma importante. Para Louzán, estos resultados son fruto de sus apoyos o alianzas con los socialistas y si finalmente deciden firmar otro acuerdo en Pontevedra, "en el futuro se estarán lamentado". Así que el presidente provincial entiende que el Bloque está en una disyuntiva: "El reto que tienen por delante es abrir esta posibilidad [de acuerdo con los populares] o desaparecer".

Pero Louzán fue más allá en su llamamiento a un pacto y le recordó a Fernández Lores que durante los últimos ocho años la Diputación se había volcado con la ciudad de Pontevedra, con inversiones millonarias "a pesar de ser un momento económicamente malo". En este sentido, le recordó que la institución provincial había financiado el estadio de Pasarón, la piscina olímpica y la mejora urbana. "Y seguiremos en esa línea siempre y cuando nos den esa oportunidad", remachó.

En ningún momento de su intervención Louzán se refirió ni a Vigo ni a los vigueses. Ni tampoco a las inversiones realizadas en la ciudad. Su mensaje se dirigió desde el principio a la capital de la provincia, a sus ciudadanos y a su alcalde. Su mensaje fue tan nítido que lo remató así: "[El pacto] Sería bueno para los intereses generales de Pontevedra, para el BNG y para el PP".

Pese a todo el rosario de razones ofrecidas por Louzán en su comparecencia de ayer, Lores no se movió un milímetro de la posición oficial de su formación. Ese acuerdo no es posible. "Lo descarto públicamente", zanjó.

Hablar de "cosillas"

El regidor pontevedrés reveló que tras ser el partido más votado el pasado domingo en su ciudad, recibió una llamada de Louzán para felicitarle y también "para hablar de cosillas".

Lores recurrió al sarcasmo para valorar la oferta "sin límites" realizada por Louzán -"Hay una película que se llama así"- y mostró su disposición a llegar a un acuerdo con los socialistas, un pacto que "no es un cheque en blanco". Por ello, afeó a los socialistas que defendiesen la candidatura de Carmela Silva como nueva presidenta de la Diputación antes de haberse sentado a negociar.

Louzán también había aprovechado antes su intervención para cargar contra la propia Silva. Así recordó que la teniente de alcalde de Vigo "ostenta nada menos que cuatro cargos públicos; no sé de los que cobra o no..."