Indignación. Burla. Falta de respeto a las trabajadoras. Regreso a tiempos pasados. Todas estas son expresiones de trabajadoras arousanas del sector conservero hacia la medida más polémica planteada por la patronal en la propuesta del nuevo convenio colectivo: la de pagar una parte del salario en especie. Los sindicatos entienden que el planteamiento permite el pago con latas de conserva, y de hecho según Europa Press, el documento recoge que parte de la nómina pueda sustituirse por "productos o servicios valorados en igual importe a dicha cuantía de retribución dineraria reducida", siempre de forma "completamente voluntaria" por parte del trabajador.

Pese al carácter voluntario de la medida, las operarias de la conserva arousana no bajan la guardia y no están por la labor de que los sindicatos negocien semejante propuesta, pues desconfían de que pueda convertirse a obligatoria. Además, "solo el hecho de plantear algo así ya es una burla a la clase obrera", considera Rosa Domínguez, trabajadora desde hace 42 años en Thenaisie Provote (O Grove) y delegada sindical de CIG. "El pago en especie en una conservera, ¿en qué va a ser? En latas, porque un camión no nos van a dar porque no nos equivale el sueldo a tanto. Las que tenemos antigüedad cobramos mil euros escasos y las nuevas apenas el salario mínimo", apunta la operaria, al tiempo que recuerda que la antigüedad lleva desde 1994 congelada, por tanto las empleadas contratadas desde ese año no perciben ese complemento.

Molesta con el planteamiento de la patronal, se pregunta "si vamos a pagar con latas en el supermercado". "En el metal no pagan con tornillos, ni en la construcción con ladrillos", agrega Rosa Domínguez.

Mercedes Oubiña es trabajadora de Cefrico (Vilagarcía) desde hace quince años y también delegada de CIG. "Se están riendo de nosotros en la cara. Hay que tener un poco de dignidad y de vergüenza y no proponer semejante planteamiento como pagar en especie", para más inri en un sector con unos salarios bastante bajos, sobre todo en el caso de las mujeres, que son mayoría entre la plantilla. La brecha salarial entre sexos sigue siendo muy importante.

En este sentido, Rosa Domínguez indica que una mujer con el puesto de encargada de producción cobra menos que un hombre ayudante de oficios, una brecha salarial que se mantiene en la propuesta de la patronal.

María José Mariño y María José Rey trabajan en la fábrica de Garavilla de O Grove tras el cierre de Cuca en Vilagarcía. Ambas son delegadas de Comisiones Obreras, una central sindical que tendrá una reunión en Santiago el 5 de mayo para abordar la propuesta de la patronal. Ambas operarias de la conserva confían en que el pago en especie no llegue a implantarse. "¿Qué hago con las latas? ¿Monto un chiringuito para venderlas? ¿O pago en el supermercado con ellas?", dice María José Mariño. Su compañera y tocaya opina que esa medida "es matarnos en vida".