La ausencia de biotoxinas marinas en las rías mantiene ocupados a los integrantes del sector bateeiro gallego desde hace un par de meses. Esta circunstancia, unida al hecho de que las fiestas navideñas no son la época más propicia para organizar asambleas o promover reuniones de trabajo, parecen haber relegado a un segundo plano a la plataforma "Bateeiros Unidos", formada en Arousa hace meses, aunque de ámbito autonómico, para luchar por la unidad y fortalecimiento del sector productor.

Pero este colectivo no ha desaparecido, sino que se ha dado un respiro. Es una especie de paréntesis que coincide con un cambio de estrategia, ya que las asambleas públicas llevadas a cabo en los puertos gallegos han dado paso a reuniones de carácter mucho más privado o interno.

Así lo confirma la grovense Rosa María Blanco Castro, portavoz de "Bateeiros Unidos", quien confirma que el colectivo sigue con vida y que sus objetivos se mantienen intactos.

Esta bateeira explicó ayer que "siguen celebrándose reuniones, aunque no tienen el carácter público de las primeras, centrándonos en el contacto directo con los representantes de las diferentes asociaciones de productores", mientras que las primeras estaban dirigidas a los bateeiros en general, para pulsar el sentir de todo el sector.

La finalidad, insiste, "es la misma de siempre: lograr un sector fuerte". Y eso se consigue desde la unidad tantas veces reclamada por los propios bateeiros, desde el convencimiento de que la histórica fragmentación del mismo solo puede seguir acarreando problemas y un escaso peso a nivel nacional e internacional.

"Estamos trabajando sin prisa, pero también sin pausa" añade la bateeira grovense, antes de declarar que "entre todos tenemos que decidir qué queremos, hacia dónde vamos y cómo podemos lograr nuestras metas".

Ahora, reconoce Rosa María Blanco Castro, el sector atraviesa momentos relativamente felices, gracias a la ausencia de biotoxinas de los últimos meses. Pero tanto ella como los demás mejilloneros saben que pronto llegarán de nuevo los momentos complicados, de ahí que se considere más necesario aún apostar decididamente por la unidad y conseguir agrupaciones realmente fuertes que sean tenidas en consideración, por ejemplo, cuando la Unión Europea toma decisiones que, a la postre, acaban perjudicando al mejillón de las bateas gallegas.