Al margen de Antonio Botana, los estudiosos por excelencia de este pazo de Sanxenxo han sido José Caamaño Bournacell, José Antonio Vázquez Casáis, Juan Manuel López Chaves y el padre Crespo del Pozo, a los que obligatoriamente hay que acudir para hacer una descripción del pazo de Quintáns y sus dueños.

El noble y vistoso pazo, situado en la parroquia de Noalla (Sanxenxo),cuyo nombre original según las antiguas escrituras era de "Casal de Moldes", perteneció cuando menos desde el año 1483 al archifamoso Suero Gómez de Sotomayor, uno de los personajes más poderosos e influyentes de la comarca de O Salnés.

Señor de Lantaño y sus posesiones, de los puertos de Carril, Santo Tomé do Mar, Portonovo y Villamayor, las casas y fortaleza de Rianxo, el coto de Laiño, y muchas propiedades en la tierra de Vea (actualmente en el municipio de A Estrada).

Este casará con María de Mendoza y tienen como hija a Juana Enríquez de Sotomayor, la cual a su vez casará con Pedro Enríquez de Guzmán, el Viejo y saldrá el que perpetuará el apellido durante muchos años, Sebastián de Paadín o Padín y que pasará inmortalizado a la piedra en uno de los cuarteles del escudo situado en el muro de la sola o patín que da enfrente al naciente: "En campo de plata, una torre, de piedra, aclarada de sable, con una espada a su diestra y puesta en banda".

De acuerdo con el genealogista José A. Vázquez Casáis, en este escudo hay otros cinco cuarteles que muestran a las casas de Mera, Figueroa, Ulloa, Andrade y Osorio, lo cual significa que en un tiempo determinado pertenecieron a la familia dominante en el pazo, especialmente a los Paadin.

Señala el padre Crespo del Pozo sobre esta aglomeración familiar, que el nieto de Sebastián de Paadín, llamado Rodrigo de Paadín, "debió casar con una señora de la familia de los Valladares, pero ignoramos su nombre, que jamás aparece en los muchos documentos de esta familia que han pasado por nuestras manos. De esta forma los Paadín o Padín se entroncaron con los poderosos Valladares. Sobre este asunto, dice Vázquez Casáis, que se trataba de María Daval, hija de los fundadores del convento de San Francisco de Cambados.

Comenta el ya citado Vázquez Casáis, que el pazo llamado por entonces "de Casal de Moldes" llegó a poder de la familia Paadín, cuando el esposo de Elvira Paadín, hija de Sebastián de Paadín, llamado Fernando de Cancela, compró a Pedro Enríquez de Guzmán la casa y el lugar de Casal de Moldes.

Todavía en el siglo XVIII aparece el apellido Paadín en los nombres de sus dueños. Será el cambio de apellido cuando Manuela de Paadín Valladares y Somoza contrae matrimonio con Alonso Jacinto Avila de la Cueva, de una familia procedente de las tierras andaluzas de Jerez, avecindados en Nigrán.

Finalmente un descendiente de Josef Manuel de Valladares, entroncó con la familia Fernández de Mugartegui, los cuales, según Vázquez Casáis vendieron a principios del siglo XX el pazo al notario Pedro Castiñeiras Teijeiro cuyos descendientes serán en el futuro los dueños del pazo de Quintáns. Será en el año 2006 cuando el Ayuntamiento de Sanxenxo compre este magnífico pazo a dicha familia, para uso cultural y de patrimonio municipal.

Comenta el ya citado Antonio Botana que a finales del siglo XVII el pazo fue remodelado para adquirir la configuración que presenta actualmente. La primera remodelación debió efectuarse según este investigador entre 1694 y 1695 y consistió "en levantar la casa desde la cocina hasta el lagar, de suerte que iguale con la torre: hacer chimenea francesa y un corredor a vendaval". La obra fue dirigida por el maestro de obras Antonio Monteagudo Feixóo, que como la mayoría de los canteros procedía de la comarca de Terra de Montes, y, cosa curiosa, era hijo de Pedro de Monteagudo, que construyó gran parte de la iglesia de Santa Eulalia de Arealonga en Vilagarcía de Arosa.

Los emolumentos del maestro de obras ascendían a tres reales y medio diarios, y contó con la ayuda de los también canteros Benito González, de Dena, Domingo Darriba, de Vilalonga, y Rodrigo Fernández, también de Vilalonga, "quienes cincelaron piedra procedente de los montes de O Grove y percibiendo, por cada jornada trabajada, la manutención y una libra de tabaco". Según Botana, el coste total de la obra del pazo de Quintáns costó 1.700 reales.

Entre los personajes importantes de la Casa, hay que contar con: Antonio de Paadín y Valladares, que fue capitán en el Tercio de Gonzalo de Valladares. Su hijo Pedro de Paadín que participó en el primer sitio de la ciudad portuguesa de Monçao, y ambos, padre e hijo participaron en el segundo sitio de Monçao. Pedro de Paadín, clérigo y abad de Vilalonga, famoso, por sus pleitos familiares. Rosendo de Paadín y Valladares, comisario y notario extraordinario del Santo Oficio. Sebastián de Paadín, que junto con su mujer María Radío y su hijo Rodrigo Paadín hicieron en la iglesia de San Pedro de Vilalonga una fundación en base a una serie de rentas y propiedades. Elvira de Paadín que junto con su esposo Fernando de Cancela -familiar del San Oficio-, fundaron la capilla del nombre de Jesús en la iglesia de Santo Tomé do Mar. etcétera.

En relación a los sitios de Monçao, estos fueron realizado por el Ejército de Galicia, -mas bien de milicias-, formado por unos 2.000 soldados, que tenían como campo de acción las regiones de Entre Douro y Miño.

Los asedios de la ciudad portuguesa en que intervinieron personajes del pazo de Quintáns, no constituyeron nunca acciones básicas en la guerra entre Portugal y España por la independencia de los portugueses, sino mas bien luchas de diversión, ya que el eje central de la guerra estaba en Extremadura. Con todo, algún asedió llegó a durar cinco meses.

Hay una curiosa teoría de algún historiador portugués sobre esta guerra que duró entre 1640 y 1668, según la cual, España envió el grueso de sus ejércitos a Cataluña, también en lucha por su independencia.

Si en vez de ello, hubiera enviado lo mejor de sus ejércitos a Portugal, y hubiera vencido, actualmente ambos países estarían unidos, con la duda de que habría ocurrido con Cataluña.