El grovense José Miguel Cao Montenegro ya se recupera del esfuerzo realizado tras participar -fue el único representante español- en la "Jungle Marathon", una prueba por etapas de dureza extrema llevada a cabo en la selva amazónica, y más concretamente en el Bosque Nacional de Tapajós.

Fue en Brasil, donde tanto este atleta grovense como los demás participantes -medio centenar- tuvieron que luchar contra unas condiciones meteorológicas adversas en todo momento, un estado del terreno deplorable -a causa del barro y los suelos pantanosos- y no pocas amenazas a modo de plantas o animales venenosos y/o extremadamente peligrosos.

Finalmente el corredor grovense de 39 años se clasificó en décimo lugar, lo cual lo llena plenamente de orgullo, al igual que sucede con sus familiares y vecinos, que siguieron la prueba con máxima atención.

José Miguel Cao contactó telefónicamente ayer con uno de sus primos, Gonzalo Bea Montenegro, que se encuentra en O Grove, y le explicó que "fue una prueba mucho más dura de lo que se creía" inicialmente.

Parece que una vez finalizada la carrera todos los participantes "se tiraron en el hotel, sin hacer absolutamente nada, tratando de recuperarse del esfuerzo después de etapas que parecían interminables".

Según la organización del evento -que parece haber tenido algunos problemas en los últimos días, sobre todo a raíz del abandono del atleta que avanzaba en primera posición-, finalmente el ganador ha sido Grego Widdy, de la francesa isla Guadalupe, que hizo un tiempo de 23 horas y 21 minutos.

De este modo se situó por delante de Boter Regis (Brasil), Wakaoka Takuya (Japón), el estadounidense Hammer Erin, el ruso Ionov Sergey, Schindemann Raf (Bélgica), el también brasileño Oliveira Frank Ned Cruz y, como queda dicho, en décima posición, el español de O Grove José Miguel Cao Montenegro.

El arousano recorrió en cuatro etapas los 275 kilómetros de esta ultramaratón a lo largo de la selva amazónica, empleando en todo el recorrido un tiempo de 35 horas y 6 minutos.

Hay que recordar que la "Jungle Marathon" está considerada la carrera ecológica "más salvaje del mundo". A lo largo del recorrido "combina la emoción del deporte con el telón de fondo de un frágil ecosistema en el cual los corredores se encuentran obstáculos naturales a lo largo del camino y están expuestos a las realidades de la selva, a medida que encuentran jaguares, cerdos salvajes, serpientes y una gran cantidad de aves espectaculares".

Pero eso no es todo, ya que también deben sortear "cruces de agua llenos de pirañas y caimanes que aumentan la emoción del recorrido". También tienen tiempo para convivir con los habitantes de diversos poblados, a quienes están destinados, precisamente, parte de los ingresos obtenidos con esta prueba deportiva.