Libertad, independencia... Estas son dos de las palabras que más se repiten cuando se les pregunta a los dueños de autocaravanas lo mejor de viajar con la casa a cuestas. A Illa acoge este fin de semana una concentración de 40 vehículos de este tipo -en los que desplazan 85 personas-, que están participando en la segunda edición de una ruta por Galicia organizada por la empresa Yakart, en colaboración con la Asociación Galega de Autocaravanas. Tras haber visitado A Coruña, la Mariña lucense, Ourense, la Ribeira Sacra o Monforte de Lemos, estos días recalan en A Illa, desde donde aprovecharán para visitar la Festa do Mexillón e o Berberecho de Vilanova y otras localidades de O Salnés.

Muchos de los participantes en este evento son viajeros consumados y auténticos enamorados de las autocaravanas. Es el caso de María Ángeles Lázaro, una ama de casa jubilada de Madrid que lleva más de tres décadas viajando con la casa a cuestas. "He tenido cinco caravanas, una furgoneta Volkswagen que preparó mi marido en el taller y dos autocaravanas", cuenta. Para ella, lo mejor de viajar de esta forma "es la libertad, y lo segundo, el trato con la gente".

Otras personas descubrieron más tarde esta pasión. Es el caso de José María Fragoso, un escritor de 58 años natural de La Gomera pero residente en Sevilla que descubrió el mundo de las autocaravanas hace apenas seis años. "Mi hija estaba haciendo un Erasmus en Alemania y fuimos a recogerla. Una vez allí alquilamos una y recorrimos con ella Alemania y Austria. Me enamoré de ella, y cuando terminé de pagar la hipoteca, hace unos cuatro años, estuvimos pensando en comprar un barco, un apartamento o una autocaravana, y al final nos decidimos por la autocaravana".

Para Fragoso lo mejor de viajar sobre ruedas "es la independencia" y "hablar con la gente". Sostiene que este sistema "es maravilloso", hasta el extremo de que afirma que "soy canario y estoy acostumbrado a viajar en avión y en barco, pero me quedo con la autocaravana".

Otra viajera veterana es la ama de casa retirada María Rosa Cruz Oramas, de Barcelona. "Esto es otro mundo. No viajas a golpe de silbato, e incluso cuando llueve tiene su encanto". Tuvieron su primera caravana hace 30 años, y la primera acoplada al automóvil hace 12. Lo que más le gusta "es la libertad", y la posibilidad de moverse sin horarios, aunque reconoce que "también me gusta alojarme de vez en cuando en un hotel y que me hagan la comida y me frieguen".

Antonio Jul, por su parte, es el organizador de esta ruta, que discurre por algunos tramos de los Caminos a Santiago. Anima a los ayuntamientos a montar áreas para el estacionamiento y la recarga de agua de estos vehículos. "El viajero de autocaravana suele ser una persona de poder adquisitivo medio alto a la que le gusta mucho gastar en las poblaciones por las que pasa. Los alcaldes tienen que convencerse de que el gasto de montar un área de este tipo es mínimo y que a cambio podrán atraer a un gran número de viajeros". Además, Jul afirma que "este tipo de turismo está creciendo muchísimo en Europa". En O Salnés, A Illa sí cuenta con un área de estas características.