El alcalde de Vilagarcía, Tomás Fole, explicó ayer que, provisionalmente, las calles Ramón y Cajal y Arapiles continuarán luciendo el mismo aspecto que hasta ahora aunque vayan a convertirse en peatonales. La solución temporal consistirá en colocar unos pivotes que impedirán el acceso de vehículos al tramo de Ramón y Cajal que todavía no ha sido humanizado y al de Arapiles que va desde el cruce de Duque de Rivas hasta el jardín de Ravella.

Fole anunció que el interés del gobierno local es buscar ahora una partida económica que le permita acometer esta reforma, para lo que estudia incluirla en los planes de inversión subvencionados por la Diputación Provincial. Si el coste fuese demasiado elevado, el Concello optaría por reservar esta humanización para más adelante.