Treixadura visitó ayer el Auditorio de Vilagarcía para ofrecer un concierto con sus temas más representativos y reivindicar "mil festas máis para a lingua galega". Este es el nombre de la campaña impulsada por la Asociación de Funcionarios para a Normalización da Lingua Galega, que quiere divulgar el valor de la música autóctona y defiende la vuelta a los orígenes de las fiestas de la comunidad.

Antes del inicio del espectáculo, miembros de la asociación organizadora explicaron las directrices de su planteamiento, que incluye la adaptación de temas de éxito internacional a la lengua gallega y la interpretación en el mismo idioma de más de un 20% de canciones en cada concierto de las fiestas parroquiales. También destacan la escasa presencia de la lengua propia en los actos litúrgicos y la ausencia de símbolos gallegos en estas celebraciones.

El público reunido en el Auditorio Municipal vibró con el potente directo de esta banda con componentes arousanos (incluidos vilagarcianos), que además actuaba de forma gratuita. El Concello de Vilagarcía es el único de la comarca de O Salnés que participa en esta campaña y por eso Treixadura hizo una parada en la localidad.

Los creadores de la iniciativa consideran que no existe mejor forma de promocionar un regreso a la tradición de la fiesta gallega que apoyándose en bandas que llevan años haciendo lo propio encima de los escenarios. Este es el caso de Treixadura, que surgió por la reunión de un grupo de amigos músicos hace 24 años y que poco a poco fue creciendo, recorriendo toda la geografía gallega y, a comienzos de siglo, dando vida al orfeón Treixadura. Recientemente, este grupo de intérpretes vocales se unieron a la formación propiamente dicha, para dotarla del carácter que la hará cumplir 25 años en 2015.

Uno de los miembros de la banda, el "gaiteiro" cambadés, Xaquín Xesteira, afirmaba el día de la presentación que "Vilagarcía es una de nuestras casas" y criticaba la filosofía que defienden en la actualidad la mayoría de comisiones de fiestas, priorizando las orquestas o grupos de artistas populares de gran caché antes que las agrupaciones folclóricas y las bandas de gaitas tradicionales. "Dicen que no tienen dinero a contratar a más bandas y una sola se pasa siete horas el día de la fiesta tocando por las calles de la parroquia. Por la noche, sin embargo, las orquestas cobran miles de euros por su actuación".

Xesteira considera que su formación "no se considera tan vieja como para recibir homenajes" (los organizadores del concierto de ayer anunciaron el evento como un reconocimiento a la trayectoria de la banda), pero, matizó, "nos sirve para hacer retrospectiva".

Otro miembro de la formación, el vilagarciano Ramón Marín, explicaba en la presentación del concierto que "Treixadura bebe de la música lírica gallega pero también de la humilde, de los 'alalás' y las canciones de 'berce'. La gente nos escucha y escucha algo que sabe que es también suyo, pues no nos pertenece a nosotros, es un patrimonio social". Para Marín, la labor de Treixadura consiste en "moldear las piezas de música tradicional y devolverlas con el máximo respeto".