El Desembarco Pirata comenzó una hora después de lo previsto. Pero, en este caso, la impuntualidad fue un acierto. A las siete y media de la tarde, llegó el barco con la bandera negra a mitad de la ría y, desde allí, en dornas, se aproximaron a la costa, unos corsarios dispuestos a arrasar con todo y, sobre todo, a llevarse los tesoros de la solitaria iglesia de San Vicente, en aquellos tiempos alejada del núcleo urbano.

Pero el tiro les salió por la culata pues los vecinos de San Vicente salieron en defensa del cura y de su iglesia, logrando hacer huir al peligroso corsario.

Más o menos así se celebró la representación ayer en el paseo marítimo y en la playa de Confín, donde se recrearon escenas de aquellos años de finales del siglo XVIII. No faltaron campesinos, lavanderas o marineros, vestidos para la ocasión.

Como tampoco hábiles espadachines, damas de la época, niños o autoridades, que participaron en la contienda con actividades de tiro con arco, lucha con espada o exhibición de aves rapaces.

La puesta en escena pirata contagió a toda la localidad. Comercios, hoteles, restaurantes y bares pusieron su granito de arena, en una fiesta que comenzó en 2012 y que cada año gana en aceptación.

Se estima que unas 2.000 personas se diero cita en el paseo marítimo para disfrutar del Desembarco, muchos de los cuales se sumaron al desfile que luego se desarrolló por las principales calles del centro de O Grove hasta la plaza de As Praterías.

Luego continuó la fiesta por todo el pueblo, pues además del mercadillo artesanal, muy concurrido, también se ofrecían tapas y menús piratas a los comensales y, además a precios muy razonables.

Para hoy domingo, el programa se dedica al público infantil. A las doce horas se procederá a la búsqueda del tesoro en la zona de Confín. Los bautismos de hípica, después del desembarco pirata se suman a los actos de la última jornada.

Emgrobes promovió esta fiesta pirata hace tres años con el fin de desestacionalizar el turismo. El buen tiempo de ayer contribuyó a que realmente fuera un éxito rotundo.