El Concello de Vilagarcía cumplirá con la orden ministerial y procederá a sustituir tras la subida al trono del futuro rey Felipe VI el cuadro que actualmente preside el Salón Noble de Ravella. La pintura que representa al actual monarca, Juan Carlos I, pasará a reubicarse en la misma habitación, junto a la de otros soberanos como la reina regente María Cristina o el abuelo del aún rey, Alfonso XIII. Ravella ha elegido una fotografía de gran tamaño en la que aparecen don Felipe y doña Letizia, en lugar de la otra opción, la de Felipe VI solo vestido de militar.

En lo que a obras públicas se refiere, la inminente reforma de la plaza de O Castro podría considerarse la primera de calado en el centro de Vilagarcía en todo lo que va de mandato municipal. Es por ello que el recurrente tema del mal estado del histórico edificio de dicha plaza vuelve a salir de nuevo a colación, con más fuerza si cabe.

Y es que el alcalde, Tomás Fole, ha dado muchas oportunidades a sus propietarios para que se hagan cargo del ruinoso inmueble y lo restauren, con el objetivo de evitar peligrosos desprendimientos -ha habido que cerrar un callejón por este motivo- y mejorar la imagen del conjunto de este histórico emplazamiento.

"La semana pasada hablé con el propietario. Me dijo que estaba fuera de España y que esta semana me llamaría para hablar de este edificio, pero no lo ha hecho. El lunes insistiré para concretar una reunión con él y plantearle las opciones existentes. Le hemos dado mucho margen para que las analice", incidía ayer el regidor.

Fole asegura que "si no hace las gestiones oportunas le obligaremos nosotros a que las haga. Ese edificio no puede seguir así, en precario".

Asimismo, el primer edil admitió que "no podemos descartar ninguna opción, ni siquiera la expropiación, pero a día de hoy no la barajamos, ya que es una opción muy compleja". Se refiere el popular al precio que podría alcanzar el inmueble y la falta de recursos económicos del Concello para poder hacer efectivo el pago de la cuantía en la que sea tasado.

"Hasta el momento lleva cerca de 60.000 euros en sanciones. Su precio seguramente sea mucho mayor. La expropiación solo sería rentable si superase la cuantía que el propietario debe por no haber reparado todavía el edificio", aclaraba Fole.