José Antonio G.Q., vilagarciano de 43 años, es marido de M.I.M.C. y cuñado de M.M.C., además de vecino desde la infancia del autor del atropello. Con dos hijas de 15 y 3 años, este matrimonio vivía "atemorizado" por Juan P.R. desde las navidades de 2012.

-¿Cuándo comenzó este hombre a acosar a su familia?

-En la víspera de Reyes del año 2012 fue la primera vez que nos atacó, apedreando una ventana de nuestra casa. Al principio no sospechamos de nadie, simplemente cambiamos el cristal. Al día siguiente volvió a repetir la operación. Entonces decidí instalar una cámara de seguridad, totalmente homologada, para descubrir quién estaba detrás de todo esto. En el mes de febrero repitió el ataque varias veces más y lo descubrí. Entonces denuncié los hechos.

-¿Por qué cree que esté hombre la tomó con ustedes?

-Creo, aunque lo desconozco a ciencia cierta, que todo comenzó en diciembre de 2012, cuando un día estaba sacudiendo unas alfombrillas. Yo no le había visto, pero le eché polvo encima. Le pedí disculpas amablemente y pareció quedar todo ahí. Los dos nos habíamos criado en este barrio y no habíamos tenido problemas antes.

-¿Cuándo pasó de romper cristales a agredirles directamente?

-El 22 de febrero de 2013 atacó una persiana de mi vivienda lanzando un martillo que cayó en nuestro patio. Lo vimos, pero no nos alcanzó. El 14 de mayo de ese mismo año circulaba en mi coche cuando me lanzó una colilla que impactó en mi cara, provocándome quemaduras. Entonces lo denuncié y fuimos a juicio.

-Después fue a por su mujer.

-Sí, hace justo un año, supongo que al recibir la citación judicial, vino con su madre a esperarnos a mi casa. Llegábamos en coche mi mujer, mis dos hijas y yo. Me amenazó con una piedra de unos 30 centímetros. Se le veía muy alterado. La madre trató de calmarlo. Cuando salimos cambió la piedra por un palo, que me tiró a mí pero impactó en mi mujer. Ella lo denunció y desde entonces necesita tratamiento psicológico.

-Las sentencias les han venido dando la razón hasta ahora.

-Sí. Mi denuncia se saldó con 300 euros de multa, que no pagó por declararse insolvente. En el juicio por la agresión a mi mujer, en octubre, el juez dictó orden de alejamiento y una nueva sanción económica. Pero a nosotros no nos interesa el dinero, queremos vivir tranquilos. Aquel juicio supuso una recaída para mi mujer, después de haber pasado el verano de baja laboral, intentando recuperarse haciendo una vida tranquila. El pasado mes de marzo, este hombre se encontró con ella en la calle, le escupió, la insultó y le dijo que "se iba a acordar de él". El 19 de mayo salió una nueva sentencia en su contra dictando cinco meses de orden de alejamiento. El día del juicio la amenazó de nuevo diciendo que "eso no iba a acabar así". La jueza lo presenció todo.

-¿Cree que el suceso de ayer fue intencionado?

-Sí. Mi mujer no recuerda cómo fue, pero mi cuñada, a la que creo que debió confundir con mi hija mayor, asegura que lo vio acercarse con una sonrisa en la cara. Iba a por ellas, a matarlas. Mi mujer tiene miedo, todos lo tenemos. Mañana (por hoy) él saldrá en libertad y me temo que no reaccione bien. Si está enfermo que lo traten, o que lo metan en la cárcel. Que se haga justicia y nos deje vivir en paz. No queremos indemnización ni venganza. Tenemos dos hijas menores de edad. No podemos abandonar nuestra casa, nuestros empleos y a mis padres viviendo al lado de él.