Cada pieza de la iglesia es una joya. Es el caso de la pila de agua bendita, a la entrada del templo, y que está incrustada sobre el muro izquierdo..

Se trata de un elemento importante de la época, que incluso está labrado con figuras tétricas. De todos modos, este elemento tan característico de las iglesias románicas está en desuso, pues fue necesario habilitar espacio para comodidad de los feligreses.