Los 65 alumnos de primer curso de ESO del Monte da Vila, niños de 12 años, se convirtieron ayer en escultores efímeros, pero artistas en suma.

Durante cuatro horas aproximadamente, desde las 9.15 horas, confeccionaron una decena de trabajos que previamente habían determinado con sus profesoras del departamento de Dibujo, Yosebe Arriaga, Clara Vindel y Uxía Fonseca.

La cita de ayer consistía en un primer contacto con las técnicas de trabajo de la arena, pues la exhibición central está destinada a los alumnos mayores de toda Galicia y se celebra en el mes de mayo.

Pero los trabajos de sus compañeros de 1º de ESO no han desmerecido en absoluto los que se pudieron ver en anteriores ediciones.

Los niños tuvieron el encargo de construir personajes de animación aplicando el modelado y también el relieve. Y así salieron personajes como El Correcaminos, Bob Esponja o Monstruos S.A., que realmente cautivaron al público que también pudo contemplar esta actividad al aire libre.

La profesora, Yosebe Arriaga explicaba ayer que se trata de una técnica que tiene cierta complejidad, aunque los niños demostraron una gran destreza.

De hecho, lo primero que tuvieron que construir fue una montaña de arena y compactarla con fuerza, tanta que todos agradecieron el apoyo de sus profesoras y de una madre que también se entregó en las labores de apisonado.

Una vez que endurecieron la montaña de arena, de unos 60 centímetos de diámetro y una altura de medio metro, "es cuando los alumnos comenzaron a cincelar el dibujo, excavando hacia el interior", explicaba ayer la profesora.

Pero también se empleó la técnica del relieve, igual de interesante que la anterior, aunque distinta en su proceder. En este caso, dice la maestra, "se reserva un espacio de entre uno y dos metros y se va levantando la figura con montañas de arena de unos 20 o 30 centímetros de espesor".

En definitiva, unas técnicas que muchos de ellos van apoder aplicar este mismo verano cuando acudan a disfrutar de la playa.

La profesora reconoce que los 65 alumnos han demostrado grandes dotes de artistas y que los personajes les han quedado casi perfectos a pesar de su corta edad.

Los niños trabajaron casi sin descanso en grupos de seis o siete por representación. Al final recibieron la doble satisfacción de la aprobación de sus profesores, del público y en especial la gratificación de que todos ellos pudieron darse un chapuzón en horas de clase.

Seguro que la experiencia les va a animar a participar en la próxima cita, pues ayer han aprendido el manejo del blando material.