La localización del punto del accidente resultó muy complicada pues a esas horas no había testigos y los servicios de emergencia tuvieron que guiarse por las indicaciones de los heridos que finalmente enviaron las coordenadas a través del GPS de su teléfono móvil.

El siniestro ocurrió en un descampado, sobre un pequeño viñedo bastante alejado de las casas unos quinientos metros. Además ocurrió cuando casi era noche cerrada y en un lugar absolutamente inaccesible en una carballeira.

Al parecer fue el propio piloto quien se puso en contacto con los servicios de emergencia, que en un principio no le dieron crédito al creer que podría tratarse de una broma.

Al comprobarse la veracidad, la búsqueda comenzó primero con indicaciones respecto a la proximidad de un puente del Acceso al Puerto, aunque finalmente fue preciso emplear el geolocalizador para encontrar a las víctimas y el amasijo del helicóptero sobre el viñedo.