Un total de 21 polígonos bateeiros cerrados para la extracción y otros 29 en los que aún se permite sacar mejillón. Esta es la situación en la que se encuentra actualmente el episodio tóxico que, casi como cada primavera, afecta a las rías gallegas.

A la espera de ver cómo evoluciona el tiempo, pues de ello -y sobre todo de las corrientes- va a depender la evolución de las biotoxinas marinas, hay que indicar que Arousa y Muros-Noia son actualmente las rías donde la situación resulta menos perjudicial para el sector.

En el caso arousano la preocupación radica de nuevo en el estado de los cuatro polígonos de O Grove, que son, junto al Cambados B, los únicos inoperativos en esta ría, donde de momento aún quedan 17 polígonos exentos de células suficientes como para decretar los cierres de bateas.

En Muros-Noia las descargas pueden efectuarse con total normalidad, ya que sus cuatro polígonos están abiertos a la extracción.

Donde la situación es mucho más complicada, como de costumbre, es en la ría de Pontevedra, que mantiene sus ocho polígonos mejilloneros cerrados a causa de la presencia de toxinas lipofílicas.

En la de Vigo están al 50 por ciento, ya que hay seis polígonos cerrados y otros seis aún abiertos, como son los Cangas E, Redondela A, Redondela B-G, Redondela C-F, Redondela D y Redondela E.