La cofradía organizadora de la Semana Santa de Paradela está exultante. Por primera vez desde que la fiesta fue declarada de Interese Turístico Galego, en 2010, no llovió durante ninguna de las representaciones principales, y eso se tradujo en un incremento notable del número de visitantes y en la posibilidad de representar todas las escenas al completo.

La portavoz de la cofradía, Julia Torres manifestó ayer que "ha sido una Semana Santa estupenda, fantástica", y destaca la presencia de personas de fuera de Galicia. "Tuvimos gente de Madrid, Bilbao, Mérida, Murcia... y recibimos llamadas de hoteles de Pontevedra o Santiago preguntando por los horarios y sobre como llegar hasta aquí".

Algo con lo que se muestra también satisfecha Torres es con la implicación de personas que ni siquiera son de la parroquia, y que en algunas representaciones se animaron a participar como "extras". "Siempre tenemos algunos trajes de sobra, de modo que esa gente pudo colaborar". En cuanto a la asistencia de público, fue muy elevada sobre todo el Jueves y el Viernes Santo. En las representaciones principales se llenaron las gradas que rodean el atrio de la iglesia y que tienen 300 plazas. La mayoría esos días quedaron de pie.

Paradela cerró ayer la fiesta con una verbena por la noche y con las escenas de la Resurrección a mediodía. En éstas no faltaron algunos de sus pasajes más tradicionales, como la explosión que tira al suelo la piedra que tapaba la tumba de Jesús y la caída de los soldados romanos, o el descendimiento de un ángel desde el campanario de la iglesia, todo ello seguido por una salva de fuegos artificiales y una lluvia de confetis de colores.

Finalmente, también despertó interés el concurso de fotografía. En total se acreditaron medio centenar de fotógrafos, aunque el número de aficionados al final fue incluso mayor. Dos de los que estaban ayer eran Demuynch Jean-Marie, de nacionalidad belga, y Nirioxis Rodríguez, venezolana. El primero de ellos reside en Meaño y destacó el Vía Crucis como momento más fotogénico, mientras que a Rodríguez, de Dena, le gustó la Última Cena por su iluminación.