La ausencia de respuesta por parte de la Consellería de Traballo e Benestar a la petición de cita para un encuentro ha llevado a las extrabajadores de la Residencia Valle-Inclán a encerrarse en el Concello de Vilanova de Arousa. Tras el amago protagonizado el pasado miércoles, las empleadas despedidas regresaron ayer a las instalaciones municipales, sobre el mediodía aunque en esta ocasión, el objetivo era quedarse y mantener el encierro hasta que exista una respuesta clara del gabinete de Beatriz Mato a su solicitud de encuentro para tratar de solucionar la maltrecha situación de la empresa.

El alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, volvió a ejercer de anfitrión forzado y en varios momentos tras la llegada de las extrabajadoras de Valle-Inclán llegó a protagonizar alguna discusión acalorada con ellas o con los sindicalistas que las acompañan, aunque finalmente no hubo problemas de ningún tipo y les permitió seguir adelante con el encierro.

La elección del Concello de Vilanova para protagonizar este encierro no ha sido una casualidad, ya que además de estar situada la residencia en este término municipal, las afectadas consideran que el regidor debe de cumplir con su palabra y mediar ante la Consellería para conseguir un encuentro que sirva para buscar una solución al conflicto y evite la pérdida de los puestos de trabajo. A ello hay que sumar, que la residencia es la empresa que cuenta con un mayor número de trabajadores en el municipio vilanovés.

Rosa Abuin, delegada sindical de la Confederación Intersindical Galega (CIG), explicaba ayer que "Durán nos comunicó que había contactado con el gabinete de Beatriz Mato, recibiendo como contestación que le mandásemos un correo electrónico y que ya se pondrían en contacto con nosotros. Sin embargo, eso es lo que llevamos haciendo desde hace más de un año sin que se dé un paso para solucionar la situación". Insiste Abuin que el conflicto laboral del centro de mayores vilanovés "se resuelve con voluntad política o los puestos de trabajo no van a quedar en Vilanova por eso estamos dispuestos a mantenernos encerrados en el Concello el tiempo que sea necesario".

Por su parte, Gonzalo Durán entiende el malestar de los despedidos, sobre todo cuando existen sentencias favorables a sus intereses que catalogan la decisión de los administradores de la residencia como nula y los obligan a readmitirlos, pero discrepa que "determinados elementos vengan aquí a hacer política de esta forma". El regidor insiste en que no tiene ningún problema en que ocupen la casa consistorial "con una protesta legítima, pero también fue un serio error estratégico no haber concurrido las trabajadoras al concurso por las 110 plazas; ser ahora los concesionarios les permitiría negociar con ellas y no se acabarían yendo lejos de Vilanova, como va a ocurrir". Espera que "la titular de Benestar les cite con celeridad en los próximos días".

Un año dura ya el conflicto de la residencia Valle-Inclán y además de la vía política, la CIG también ha recurrido al ámbito judicial para solucionar la situación. Para el sindicato y para los trabajadores despedidos los máximos responsables de la situación a la que se ha llegado son los administradores de las empresas Viajes Silgar y Nurtime, Francisco Janeiro y Enrique Martínez. Contra ellos se ha dirigido el último paso judicial, el de querellarse por un posible desvío de fondos públicos, querella que se extiende a la Xunta por no haber activado los mecanismos.