La Autoridad Portuaria de Vilagarcía ha concluido esta semana la prolongación de la vía del tren de mercancías hasta los muelles Comercial y de Comboa. Se trata de la obra pública de mayor envergadura ejecutada en los últimos años en la capital arousana. Con una inversión de 5 millones de euros (sin IVA), la ampliación del ramal ferroviario ha concluido sin sobrecostes en el presupuesto inicial pero con un importante retraso, pues los trabajados se adjudicaron en abril de 2012 por un periodo de ejecución de diez meses.

Vecinos y comerciantes consultados por FARO coinciden en destacar la importante mejora que ha supuesto para la imagen de la ciudad la humanización incluida en la obra. El cambio más radical se aprecia en la avenida de Valle Inclán, que ha duplicado sus carriles -de dos a cuatro- gracias al derribo del muro que antes ocupaba la actual mediana, lo que contribuyó a la integración puerto-ciudad. Aparte de embellecerse el entorno y de tener "más vida" -dice Mónica Barral, una usuaria del centro deportivo ubicado en terreno portuario-, la obra también ha aportado mayor fluidez al tráfico en una de las principales entradas al centro de Vilagarcía. "Ahora pasan más coches por aquí porque el acceso es mejor", comenta a la salida del gimnasio.

Y la mejora no solo se ha experimentado en Valle Inclán, sino también en Rivero de Aguilar, que ahora cuenta con un carril en cada sentido, aliviando así la densidad de circulación de la avenida de A Mariña para los vehículos que se dirigen hacia Carril. Así lo vive cada día Luis Paz, taxista en la capital arousana. "Antes había atascos monumentales los martes y sábados, los días de mercado, para salir del centro; ahora se va mejor porque tienes dos viales: Rivero de Aguilar y A Mariña", relata. No obstante, recuerda que sigue pendiente una solución a los problemas de aparcamiento. en Vilagarcía.

"Para el tráfico y para los peatones (se ampliaron notablemente las aceras) la obra es positiva", coincide Joaquín González mientras pasea a su perro por la zona TIR. No obstante, este vecino, al igual que otros preguntados por este periódico, tiene serias dudas de la "rentabilidad y utilidad" de esta inversión millonaria en alusión al uso de las vías. Su escepticismo se basa fundamentalmente en que Boluda, la empresa que se encarga del tráfico de contenedores, ya ha asegurado que no utilizará el nuevo tendido ferroviario hasta que no llegue al muelle de Ferrazo, un recorrido contemplado en una segunda fase que por ahora carece de presupuesto y fecha concreta.

"¿Cuántos trenes van a pasar por ahí, cuándo y cada cuánto tiempo?", se pregunta un marino mercante que trabaja en Vilagarcía, reacio a que los convoyes atraviesen la ciudad. Por ahora esta es una cuestión que permanece en el aire. Este empleado reconoce que "la intermodalidad es importante para el transporte marítimo", pero cree que el diseño del ferrocarril de Vilagarcía no es el adecuado, pero ya es demasiado tarde para cambiarlo. "Cuando se estaban haciendo los rellenos, hace 30 años, habría que haber realizado otro recorrido para que el ferrocarril llegase al puerto, por ejemplo a través de Baión, mediante un túnel, no que atraviese la ciudad", opina el marino, quien agrega que la carga en contenedores es más fácil de manipular y su transporte resulta más económico.

Enrique Jamardo, comerciante en una zapatería del centro, también es muy escéptico con la funcionalidad de la obra para el tráfico ferroviario, y notablemente crítico con el transcurso de los trabajos, pues "tuvieron que volver a echar hormigón en una zona renovada". No entiende el motivo de que en unos tramos la vía discurra sobre la acera y en otros sobre la calzada. Para Jamardo, lo peor de todo es que las administraciones no hayan aprovechado esta obra para abrir la desembocadura de O Con y así evitar inundaciones.