Los fuertes temporales del otoño y el invierno están causando estragos entre las bateas de la ría de Arousa -alrededor de 2.200-. El número de parques de cultivo flotantes que se han ido a la deriva, y que en algunos casos acabaron encallados sobre las rocas o las playas, es casi imposible de calcular con exactitud, pero en cualquier caso se trata de "varias decenas".

Así lo explican desde diferentes empresas especializadas en el rescate de estos viveros y su recolocación en el lugar de origen. Si una batea se mueve y solo hay que refondearla, el coste puede oscilar entre 4.000 y 6.000 euros, pero si además hay que repararla, o incluso reconstruirla, el gasto para el productor de mejillón se dispara. Y eso sin tener en cuenta las pérdidas de producción, ya que el desplazamiento de bateas y la acción de las corrientes suele provocar el desprendimiento del producto colgado en las cuerdas.

Ricardo Alcalde Ordóñez, responsable de la empresa Hércules y patrón del barco del mismo nombre, indica que, en su caso, entre el martes y ayer recuperaron siete bateas, incluso trabajando de noche para evitar que el oleaje las rompiera contra las rocas. El problema, explica este empresario, es que "se avecinan nuevos temporales, y los daños pueden ir en aumento". También detalla que el otoño y este invierno "están resultando especialmente duros; con nuestro barco desde septiembre recuperamos ya una veintena de bateas, a las que hay que sumar las gestionadas por otras empresas existentes en la ría".

Una de ellas es Dragados Osmar, con su barco "Cuico". El empresario, Manuel Cernadas, coincide al señalar que este invierno se han producido ya infinidad de casos en los que el temporal arrastra bateas a la costa o las golpea entre ellas.

La playas repletas de basura, como se observa en la foto de la izquierda, tomada en As Sinas (Vilanova); carreteras intransitables debido a la piedras y el barro de las escorrentías, pero también a causa de la fuerza de las mareas, que empujaron la arena hasta las vías de comunicación, como se ve en la foto de la derecha, tomada ayer en Vilaxoán; y gran cantidad de aves y mamíferos marinos muertos, que siguen llegando sin parar a la costa arousana, especialmente a la de O Grove, como se observa en el centro. Estas son solo algunas de las consecuencias de los últimos temporales y de la fuerte acción de las mareas y los vientos. Son muchos más los efectos, pero quizás estas imágenes puedan resumir lo mucho que ha sufrido el litoral arousano en los últimos días. Y visto lo visto ayer, costará volver a la normalidad.