José Luis Fernández Tubío, el principal testigo de cargo contra los supuestos líderes de la banda, nació en 1963 y es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad, pues ya fue condenado dos veces por narcotráfico. Al ser reincidente, el fiscal proponía para él una pena de 12 años de cárcel por el alijo del "San Miguel", si bien planteaba una reducción de la misma -sin concretar en cuantos años- por haber colaborado con la policía y la justicia.

Cuando fue la vista de marzo, que el magistrado Fernando Grande-Marlaska suspendió a petición del fiscal, se desconocía su paradero, y las fuerzas de seguridad ni siquiera podían concretar si estaba vivo.

Su testimonio es muy importante, pues de hecho los nombres de "Costiñas" y "El Pastelero" eran desconocidos hasta que Tubío aceptó colaborar con la policía. Pero hay otros procesados que fueron detenidos por los funcionarios de Aduanas cuando supuestamente iban a recoger la droga en el mar.