El sector mejillonero afronta con pesimismo la campaña de comercialización que se encontraba en su apogeo y que acaba de quedar truncada por la aparición de toxina lipofílica, de tipo diarreico (DSP).

A partir de las ocho de la mañana de hoy, el cierre de los polígonos es total. Se trata de una paralización cautelar hasta que se conozcan los resultados de las últimas analíticas.

El colectivo considera muy grave el problema pues todos los indicios hacen intuir que la prohibición va a ser duradera. "Si llega a Navidad, la campaña va a ser un desastre económico para muchas familias", explica uno de los bateeiros afectados.

El Intecmar ya advirtió de que la situación parece que puede perdurar y su directora, Covadonga Salgado no descarta que la toxina pueda permanecer en el agua varios meses, como ya ocurrió en 2005.

De ahí que vuelva a abrirse el debate sobre qué hacer en estas situaciones. En Amegrove apuestan por la estabulación, es decir que el producto no pueda salir de las zonas de producción hasta que se conozcan los resultados de los análisis, lo que significaría dejarlo en depuradoras durante veinticuatro horas.

Eso ya se hace con el mejillón dedicado a fresco, de modo que permanece un día en depuradora para luego introducirlo en la cadena alimentaria.

Fernando Padín, presidente de Amegrove, cree que esperar a los resultados evitaría los enormes costes que implica el retorno de los camiones de Francia e Italia, principales importadores del mejillón gallego.

Con todo, en Amegrove son conscientes del tremendo daño económico que van a soportar los bateeiros por el cierre de las rías gallegas.

El mejillón se encontraba precisamente en el mejor momento de producción y por tanto de comercialización. "Los meses de septiembre a diciembre son los más importantes de la campaña porque es cuando se encuentra en la fase de total maduración", explica Padín.

De ahí que la devolución a las bateas del bivalvo es solo la solución menos mala, pues ya había alcanzado el mayor tamaño posible.

La gran ventaja consiste en que se pueda salvar parte de la producción, ya que son conscientes de que una parte del extraído va a quedar inservible pues muere en el proceso, a pesar de volver al medio natural en el que se crió.

Aunque los pronósticos, de momento son pesimistas, no se descarta que la situación pueda remitir en los extremos exteriores de la ría, pero se cree que el episodio va a ser especialmente duradero en la bocana de las rías, justo donde el molusco tiene una mayor calidad.

"Las bocanas interiores de Bueu, Meloxo (O Grove) y Liméns (Vigo) son las más expuestas a la toxina y, por tanto, las que más van a sufrir este episodio tóxico", explica Padín.

Asegura el presidente de Amegrove que los dueños de los parques de cultivo flotantes son conscientes de esta situación que suelen compensar en sucesivas campañas "porque son mejillones de mucha más alta calidad, ya que en el interior tienen más alimento -fitoplancton- y, por tanto son de mayor tamaño".

Padín confía en que la situación pueda remitir y se frustren los temores del Intecmar que espera un largo episodio, debido a la rapidez y virulencia con la que entró en la ría. Cabe recordar que el pasado miércoles se cerraron 25 polígonos a la vez, de modo que quedaban operativos solo un 1% de los parques de cultivo, es decir de las 3.300 bateas que existen en Galicia.

El colectivo cree que la situación va a implicar un enorme coste a sus economías, así como a las de las empresas conserveras y depuradoras que van a quedar desabastecidas a partir de hoy.

La aparición de las toxinas también reabre el debate sobre la necesidad de asegurar el producto, si bien es una posibilidad muy remota porque las compañías suelen ser muy cautas respecto a las catástrofes provocadas por la naturaleza.

Recuerdan que hubo un intento de formalizar una póliza similar a la de "Agroseguros", específica del mar, pero que nunca fructificó debido a las dificultades de baremar los daños que puedan producirse por diferentes causas.

De ahí que sean los propios bateeiros quienes hayan de asumir los riesgos que supone la aparición de toxinas en las rías, así como del transporte o el gasto para desprenderse del mismo.