Si existe una persona que conoce a la perfección lo que oculta el islote Areoso ese es Benigno Chaves. El expatrón mayor de la Cofradía de A Illa es integrante del grupo "Pandulleiros" que, a fuerza de localizar restos arqueológicos en el municipio, acabaron conformándose en un grupo estable para denunciar el abandono al que están sometidos estos yacimientos, en especial los que esconde el islote.

Chaves apuntaba ayer que la principal amenaza para el islote y para todo lo que oculta "es la masificación que sufre cada verano, se han adoptado algunas medidas, pero en cuanto llega la época estival, la zona se llena de turistas que desconocen por completo la tierra sobre la que pisan, causando daños que pueden ser irreparables".

Marinero de profesión, Chaves recuerda perfectamente como era el Areoso. "Siempre fue un islote bastante cambiante, pero tenía una serie de ciclos naturales solo en el lado norte. Sin embargo, ahora, esos ciclos se han acelerado debido a la degradación que provoca la masiva presencia de turistas y se han extendido a zonas en las que antes no ocurrían", explica. De hecho, desde hace dos años aproximadamente, los marineros vienen alertando de que el islote "se parte en dos" coincidiendo con las mareas vivas en la zona, algo que no ocurría con anterioridad. El isleño valora de forma positiva la intervención del CSIC. "Es evidente que todo lo que se haga por tratar de sacar a la luz estas construcciones megalíticas, es beneficioso y demuestra que existe cierto interés, pero creo que no es suficiente, porque cada verano que pasa, el riesgo de que desaparezcan es todavía mayor", indica. De hecho, alerta de que algunas construcciones que se encontraban en perfecto estado, ahora están derruidas o ya han desaparecido por completo. La mano del hombre es, precisamente, el principal enemigo de Areoso. Entre las agresiones más evidentes que ha sufrido esta pequeña lengua de arena que se encuentra en pleno centro de la ría de Arousa se encuentra la retirada de arena en los años 60 para la realización de obras o la construcción de dos grandes zulos para el contrabando de tabaco.