Al igual que a las personas, a los edificios la edad también les pasa factura. De ello es bien consciente el Ayuntamiento de Vigo, la ciudad más grande de Galicia, donde la Inspección Técnica de Edificios (ITE) está a la orden del día. El municipio olívico fue de los primeros en aplicar esta normativa, ya en el año 2006. Entre este ejercicio y el 2009 se realizaron en Vigo más de 11.000 revisiones de ediciones. En 2010 el pleno de la corporación viguesa modificó la ordenanza para mejorarla después de cuatro años en vigor. Y es que la experiencia aconsejaba introducir en el texto determinadas correcciones, orientadas todas ellas a alcanzar, de la mejor forma posible, su objetivo principal: velar por el mantenimiento de las condiciones de funcionalidad, seguridad, salubridad y habitabilidad de las edificaciones sujetas a la obligación de pasar la ITE.

Lo cierto es que son pocos concellos en Galicia los que actualmente regulan la inspección obligatoria de edificios. Prácticamente se ciñe a las principales ciudades. Así, aparte de Vigo, A Coruña y Ferrol también cuentan con sus respectivas ordenanzas en vigor. En el caso de la urbe herculina desde noviembre de 2011, y en el de la ferrolana desde mayo de 2009.

Dependiendo de las normativas locales, pueden ser susceptibles de revisión elementos como la cimentación y estructura del inmueble, fachadas y medianeras, cubiertas, instalaciones de fontanería y saneamiento u otros elementos que afecten a la seguridad del edificio. Tras la contratación de este control técnico, el experto en cuestión debe emitir un informe favorable o desfavorable. En el caso de un dictamen negativo, este debe adjuntar unas medidas correctoras a tomar para subsanar la situación.