La curiosidad de Os Pandulleiros de A Illa de Arousa, los efectos de las mareas, la inquietud científica y otras casualidades se han concertado en el que parece ser el mayor descubrimiento arqueológico de Galicia en las últimas décadas.

Los restos óseos encontrados en un cuncheiro de Areoso (A Illa de Arousa) tienen altísimas probabilidades de pertenecer al que sería el "abuelo de Galicia", un homo sapiens sapiens de más de 8.500 años.

Los expertos ya le ponen nombre aunque son dubitativos a expensas de un estudio científico riguroso en el que intervengan paleontólogos, arqueólogos y antropólogos para determinar con la máxima exactitud las características de estos restos.

Como se indicaba al inicio, el hallazgo fue casual porque las fuertes mareas de este invierno provocaron una tremenda erosión en Areoso que sacó a la luz un lugar que parece indicar se usó para rituales funerarios.

De hecho, el paradisíaco lugar es conocido como la Isla de los Muertos y por ello no es extraño que haya sido localizado un dolmen, uno de los monumentos funerarios más característicos de las épocas prehistóricas.

La aparición de huesos humanos perfectamente conservados se entremezclan con otros restos animales, de cerdos, vacas y ovejas, empleados posiblemente en estos ritos ancestrales de culto.

De todos modos es preciso tener en cuenta que el Areoso y Pedregoso formaban parte del continente y que en su día no eran islas como ocurre en la actualidad, pertenecientes al archipiélago de Xidoiros y al término municipal isleño desde 2005, lo que explica la conexión con la población.

Una vez que se confirme esta hipótesis, los expertos se enfrentarán a uno de los hallazgos más importantes, ya que este tipo de instalaciones son infrecuentes, aunque existen ejemplos como Adro Vello en O Grove.

Obviamente carece de la relevancia de Atapuerca, donde se encontró un homínido que se remontaría a ochocientos mil años atrás y que podría ser el primer especimen europeo.

Aún así, la importancia del hallazgo de Areoso obligaría a intervenir a las distintas administraciones no solo para sacar a la luz este destacadísimo hallazgo sino y, sobre todo, para protegerlo, tanto de su expolio por parte del hombre como por la acción de la naturaleza que podría arrastrar todo este material al mar.

Las primeras exploraciones del lugar se realizaron a principios de los años ochenta, precisamente por el interés demostrado por un joven arqueólogo, José Manuel Rey García, actual director de yacimiento rupestre de Campo Lameiro.

En estos días, tras el "avistamiento" de los huesos por parte de Os Pandulleiros ya regresó a Areoso y tuvo ocasión de observar el valor de las nuevas piezas que afloraron con los temporales. En estos momentos se hace precisa una actuación urgente en la zona para evitar que la erosión pueda hacer que se pierda este tesoro arqueológico, que los expertos no dudan en calificar de "yacimiento excepcional".

A vuela pluma todo parece indicar que se trata de una estructura destinada al culto funerario, en el que además de enterramientos habría actos diversos e incluso banquetes rituales, como demostraría la presencia de los huesos de animales o de conchas fosilizadas.

Puesto ello de manifiesto, en estos momentos Patrimonio debería iniciar una pronta actuación en Areoso con el fin de investigar todos estos hallazgos que salen a la luz por el arrastre del paleosuelo, a consecuencia de los efectos de las corrientes marinas. Pero sobre todo poner el yacimiento a buen recaudo e iniciar una rápida actuación.