La Consellería do Medio Rural, que dirige Rosa Quintana, sacó a principios de año un plan de silvicultura para el desbroce, acondicionamiento y reordenación del monte. Las comunidades enviaron sus peticiones entre enero y febrero, pero siguen esperando una respuesta. Así lo asegura al menos Claudio Quintillán, que es el presidente de la Mancomunidade do Castrove, que engloba una docena de entidades de las comarcas de O Salnés y Pontevedra.

El problema, según Quintillán, es que la Xunta no deja empezar los trabajos antes de que un inspector visite la zona donde se va a desbrozar, y estas inspecciones todavía no se han hecho. El resultado es que el bosque es un polvorín de maleza. "No le podemos tocar al monte antes de la inspección, porque si lo hacemos nos retiran automáticamente la ayuda que nos iban a dar para desbrozar.Así que, con los plazos actuales, estaremos trabajando en julio o agosto, que son las épocas de mayor riesgo".

El presidente de los comuneros del Castrove cree que la Xunta se está retrasando mucho este año en la tramitación administrativa de las ayudas. "Esto tendría que estar resuelto e inspeccionado entre marzo y abril. Así ahora ya estaría hecho el trabajo de limpieza". De hecho, asegura que las comunidades ni siquiera saben si les aprobarán o no sus solicitudes.

El desbroce mecanizado del monte cuesta de media unos 400 euros por hectárea, aunque si el trabajo se acomete de forma manual -porque la densidad de los árboles impide pasar el tractor o porque la zona es muy empinada- el coste puede dispararse hasta los 1.200 euros cada 10.000 metros cuadrados. El año pasado la Xunta sufragaba entre el 60 y el 70 por ciento de lo que invertían las comunidades en limpiezas, y este año rondará el 50.