El Ayuntamiento de Vilagarcía quiere blindar los accesos al municipio contra los excesos de velocidad. Para ello está estudiando la mejor fórmula para adquirir dos radares y dos semáforos con sistema "foto-rojo". El principal escollo es a nivel económico. El Concello quiere que la dotación de los sistemas sea lo más asequible posible para las arcas municipales, incluso con coste cero. "Tenemos que hacer un concurso para la compra", apunta el concejal de Tráfico y Seguridad, Ángel Benito Pérez Dorgambide. Aunque nada está cerrado, la pretensión del edil de IVIL es que el sistema sea similar al de los semáforos con cámara que funcionan actualmente, uno en Rosalía de Castro y otro en Juan Carlos I. "Los foto-rojo son propiedad del Concello, pero los gestiona una empresa".

La idea de Dorgambide es que los nuevos dispositivos para combatir los excesos de velocidad estén operativos en verano. Un "foto-rojo" se colocará en el paso de peatones de A Rosa, una zona prioritaria para Ravella. El otro probablemente se instale en Agustín Romero, cerca de la sede de Protección Civil. "Por esta calle está creciendo mucho el tráfico", argumenta "Cholo" Dorgambide.

En cuanto a los radares fijos, el Concello prevé comprar cuatro cabinas y dos radares, los cuales se rotarán entre los principales accesos a la ciudad (Carril, Rubiáns, Agustín Romero y avenida de Cambados) para despistar a los conductores. Se trata de lograr un efecto disuasorio, de forma que los ciudadanos desconozcan qué cabinas están operativas y cuáles no.

Además de estos radares fijos, Ravella espera ampliar el uso del dispositivo móvil que le presta la Dirección General de Tráfico (DGT).