Los ARI tienen diversas finalidades, como ayudar a los que viven en inmuebles antiguos a mejorar la confortabilidad de sus hogares, hacer más atractivos los cascos viejos, preservar la arquitectura y el urbanismo tradicionales y ayudar a las empresas constructoras a salir del pozo en que están metidas.

La oficina de Vilagarcía la forman tres personas: Javier Montero, que es técnico de patrimonio; el arquitecto Iago Fernández y la administrativa Montserrat Martínez. Además de tramitar las ayudas, los técnicos ofrecen asesoramiento personalizado y realizan gratuitamente los proyectos.

Pero en el ARI de Vilagarcía hacen más trámites relacionados con el urbanismo. El año pasado, por ejemplo, tramitaron obras en núcleos rurales por valor de casi 37.000 euros, con 17.500 de subvenciones a fondo perdido. También gestionan los proyectos del Plan Renove, del que pueden beneficiarse las viviendas situadas en suelo urbano que no sea ARI.

Finalmente, colaboran en las visitas de inspección a las viviendas incorporadas al Plan Aluga de la Xunta y realizan los informes finales de desocupación de dichos inmuebles.