La situación económica actual no ayuda a poner en marcha muchos proyectos. Este es el caso del campo de tiro olímpico que se pretende implantar en terrenos de los comuneros de Baión, en Vilanova de Arousa, al que una cuestión de lindes primero, y ahora la falta de liquidez, han ralentizado de manera considerable. Pese a ello, los promotores de la iniciativa no tienen intención de renunciar a un proyecto que puede ser vital para un entorno rural de las características de Baión, ya que generaría una importante actividad económica a su alrededor.

En principio, los cálculos que realizan los promotores de la obra es que no será realidad antes de tres o cuatro años. "El proyecto sigue vivo pero aguardando a mejor ocasión, ya que la crisis económica ha lastrado los proyectos de ocio como el que pretendemos ofrecer en Baión, pero los inversores siguen teniéndolo muy presente respecto al futuro", explica José María Pedrouzos, uno de los impulsores de esta iniciativa.

La crisis también se ha cebado con los tiradores. El tiro olímpico es una modalidad deportiva que conlleva la adquisición de un considerable material para su práctica, especialmente de cartuchos. Los costes de elementos como el plomo se han incrementado notablemente, por lo que muchos han reducido su actividad, otra de las cuestiones que ha movido a los promotores a ralentizar el proyecto.

El lugar elegido para la ubicación del campo de tiro es Monte Cabalos, una parcela de monte comunal que fue objeto de disputa entre las juntas de montes de Baión y Rubiáns, resolviendo el jurado provincial de montes en favor de los primeros, una decisión que acabó siendo ratificada por el juzgado de lo contencioso administrativo de Pontevedra.

Los promotores aplauden esa decisión, que abre las puertas a su proyecto, ya que los comuneros de Baión aprobaron en una asamblea y prácticamente por unanimidad en 2009 ceder esos terrenos. En esa asamblea, los comuneros valoraron la explotación forestal que iba a ofrecer el monte y que podría superar las expectativas económicas que generaba el campo de tiro. Las evidencias demostraron que no, por eso se apostó por apoyar el proyecto. Ese acuerdo contempla la cesión de 60.000 metros cuadrados de superficie de monte comunal y la junta de montes mantiene la esperanza de que se haga realidad.