No hay bandera azul más inquieta que la de Vilagarcía. Durante años se posó en A Concha-Compostela, después desapareció y el año pasado regresó al municipio, dejándose ver en Vilaxoán. Ahora cambia de aires y se desplaza al norte, a Bamio, donde esperan que esta especie de ave rebelde decida anidar.

En Vilaxoán no se creían que solo 12 meses después de obtener el galardón lo hayan perdido por la supuesta mala calidad de las aguas. "Está perfectamente y salta a la vista", comenta Patricia Santamaría, camarera del bar del Centro Social, cuyos clientes no ocultan la indignación y acusan al Concello. "El Ayuntamiento no quiere que tengamos la bandera. Al alcalde le fastidió tener que gastarse el dinero en O Preguntorio", dice Fernando Soto, vilaxoanés. "Dijeron que iban a poner servicios pero siguen usando los del centro", añade Santamaría. Francisco Muñiz, "Machote", cree que "la playa necesita más arena, por lo menos el doble, como se prometió", pero asegura que "nunca ha habido vertidos. No hay fábricas ni tuberías residuales cerca".

El lado bueno

En Bamio, cuando se enteraron de que O Campanario contaría este año con bandera azul pensaban que "era el día de los Inocentes", en palabras de José Luis Bóveda, del camping Río Ulla. "No creo que esto cambie nada en absoluto, aunque la bandera supone un compromiso para que trabajen por Bamio".

La mariscadora Olga Carou cree que el premio "es muy merecido. Tenemos una playa muy práctica, recogida, con servicios y zona de sombra. Viene gente incluso de Santiago porque no tienen que pasar por el centro de Vilagarcía". Aún así, la mariscadora es de la opinión de que "estábamos más tranquilos cuando había menos gente". ¿Algo a mejorar? "Deberían tapar la zona enfangada cerca del cruceiro. Hace pocos días un chico se enterró en ella", añade Olga Carou.