El teniente de alcalde José Ramón Gondar Pintos es el único cargo político, amén de la alcaldesa, Lourdes Ucha, que percibe remuneración por su dedicación -en su caso a tiempo parcial- al Concello de Meaño. El exregidor, Jorge Domínguez, había incorporado en sus últimas legislaturas esta figura de edil remunerado en la persona de la hoy alcaldesa, que gestionaba por entonces el área sociocultural. Con la reestructuración del gobierno local tras el fallecimiento de Domínguez, Gondar Pintos asumió dicha dedicación este año, pero centrando su actuación en las áreas de Urbanismo, Industria y Comercio.

- ¿Su dedicación remunerada al Concello se traduce en un horario de atención en el consistorio para que los vecinos puedan despachar con usted?

- Sí, aunque no es una jornada con un horario específico. Estoy de lunes a sábado en el consistorio, a partir de media mañana e incluso, cuando es necesario, algunas tardes. En buena lógica mi puerta está abierta si los vecinos quieren despachar conmigo en temas relacionados con las áreas que tengo asignadas, como son Urbanismo, Industria y Comercio.

- Además de su trabajo en el Concello de Meaño usted está al frente de la dirección de una empresa privada asentada en el área industrial de A Pedreira y muy conocida en el municipio. ¿No le resulta difícil compaginar la actividad pública con la privada?

- Por muy raro que parezca, hace unos años, cuando estábamos en época de bonanza económica, dirigir la empresa requería mucho menos tiempo. En cambio, ahora que hay menos carga de trabajo, la empresa exige más dedicación porque precisa de un mimo especial, por el momento complicado que atravesamos todos en el país. Compaginar ambas facetas resulta así más difícil de lo que hubiera sido hace unos años, pero es algo que hago con gusto. ¿Qué cómo lo hago? Restándole tiempo a los momentos libres del día o al ocio del fin de semana, pero insisto en que no me importa porque me gusta la dedicación pública.

- ¿En qué situación está el Plano Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Meaño, que no acaba de ser aprobado?

- En 2002 se aprobó la nueva Ley del Suelo de Galicia que obligó a los ayuntamientos a adaptar sus planes de ordenamiento urbanístico. Nosotros comenzamos esa labor en 2005 y dos años después el pleno de la corporación, por unanimidad de los tres grupos políticos, votó a favor de la aprobación inicial del plan. Aquel documento se remitió a la Xunta, entonces gobernada por el bipartito, que emitió un informe desfavorable en el cual nos obligaba a recortar las distintas clasificaciones del suelo, lo que afectaba muy negativamente a los núcleos rurales. Ese fue el primer obstáculo. A partir de ahí el equipo redactor reinició su trabajo, ralentizado por los distintos informes sectoriales a los que está sujeto un plan. En estas estábamos cuando en 2010 llega una reforma de la ley, cuya modificación más importante es el cambio de tipología del suelo de núcleo rural, que pasaba de "núcleo rural" y "expansión de núcleo" a ser "núcleo rural histórico tradicional" y "núcleo rural común", lo que obligaba al equipo redactor a delimitar de nuevo los núcleos rurales. También se adapta el documento al Plan de Ordenación del Litoral y a otros cambios normativos... En eso es en lo que estamos trabajando ahora con el objetivo de aprobarlo en este mandato.