Preocupación. Esta es la palabra que mejor define el sentir de las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil de la comarca de O Salnés y los municipios del Ullán. Temen que en verano se registre "una nueva oleada de incendios forestales que pueden arrasar por completo nuestros montes". Y advierten de ello porque "hay demasiada maleza, pocos cortafuegos y mucho abandono "después de tantos meses de lluvias.

Lo que sucede es que esa biomasa forestal convierte a los montes en una especie de inmenso polvorín, por eso sospechan que "en cuanto empiece el calor de verdad vamos a sufrir, y mucho, las consecuencias de los incendios".

En algunas de las agrupaciones consultadas aseguran que los fuegos declarados hasta ahora "fueron solo un pequeño anticipo de lo que puede ocurrir, pues si el monte sigue sin limpiarse, en cuanto la hierba que creció en los últimos meses se seque será mucho más sencillo que prenda el fuego y las llamas se expandan rápidamente".

Y el problema añadido, esgrimen, es que esa proliferación de maleza no solo constituye un caldo de cultivo ideal para el fuego, sino que entorpece, y a veces evita completamente, el acceso de los equipos de extinción de fuegos.

Es por esta razón que incluso hay integrantes de Protección Civil que vaticinan que "el próximo verano puede ser tan terrible como el de 2006", cuando la sucesión de incendios arrasó los montes de Galicia, y los de O Salnés y Ullán de manera especial.

En los últimos días ya se explicó que en O Grove, por ejemplo, se ha intensificado la presencia de la Policía Autonómica y se han detectado situaciones que invitan a la reflexión y a la preocupación, ya que hay un claro incumplimiento de las normas en materia de prevención de los incendios.

Curiosamente, en la localidad grovense también se produjo uno el viernes a causa de una práctica tan habitual como peligrosa si no se toman las medidas preventivas oportunas, como es la quema de rastrojos.

En días previos ya se habían registrado otros incendios de pequeño calado en otros puntos de O Salnés y Ullán, hasta que el sábado se vivió una situación más seria, pues se calcinaron alrededor de 1,5 hectáreas de monte en Catoira.

Los intervinientes en la extinción hacen hincapié en que "el monte se encuentra en pésimas condiciones que no solo propician este tipo de fuegos, sino que dificultan enormemente su control e incluso ponen en peligro a los equipos de emergencia".

Pedro Antonio Rey, máximo responsable de Protección Civil de Catoira, no solo está convencido de que el verano va a ser muy duro en cuanto a incendios, sino que advierte de que "la crisis y los recortes económicos también nos perjudican y aumentan el riesgo de manera notable". Con un incendio aún reciente en su retina, como es el declarado el sábado a la altura de los molinos de viento de Abalo -las fotos corresponden a ese incendio y muestran la cantidad de maleza existente-, el catoirense explica que "a causa de esos recortes recae mayor responsabilidad en las agrupaciones de voluntarios, y por este motivo tenemos que enfrentarnos casi en solitario a las llamas, pues el sábado las cuadrillas de extinción tardaron casi una hora en llegar". Muy preocupado, como otros compañeros en distintos municipios de la comarca, considera preciso e imprescindible que se adopten medidas urgentes para sanear los montes y limitar la presencia de maleza en los mismos.