La primera orquesta que se gestó en Meaño fue la "Columbia" que surge a finales de los años 40. Promovida por el saxofonista de la banda Maximino Crespo contaba con diez músicos entre los que se encontraban los meañeses Etelvino Rey (trompeta), Verísimo Camiña (saxo tenor), Manuel Doce (percusión), los hermanos Edelmiro (acordeón) y Albino Martínez (saxo), el que luego fue mítico director de la banda de Meaño Manuel Lores (trompeta) o el propio Germán Rodiño, quien décadas después se convertiría en alcalde de Meaño, y que tocaba el contrabajo.

A sus 88 años años Maximino Crespo recuerda de un modo especial al cantante Francisco "Lovis" Calviño "que era un mujeriego empedernido hasta el punto de que en alguna fiesta nos tuvo esperando hasta altas horas de la madrugada porque se había ido con una moza". "Eran tiempos duros -continúa- yo iba en bicicleta hasta Cobas -que dista unos 6 kilómetros- para bajar luego a coger la coche de Padín en Barrantes, una furgoneta que nos trasladaba a todos, apretujados con el instrumental, hasta el lugar de destino a modo de taxi, y luego esperaba hasta el final de la verbena para traernos".

Recuerda que cuando tocaban lejos "el contrato fijaba cena y dormida, pero no en restaurantes ni hoteles porque en aquellas aldeas no había, y tenía que ser en casas de vecinos por las que nos repartía la comisión".

Eso sí, Maximino Crespo reconoce como al entonces director de la banda de música de Meaño, y a la sazón cuñado, Roberto Doce "no le gustaba que los músicos compagináramos banda y orquesta, por lo que nos hizo elegir entre una u otra". Será, no obstante, la emigración a América la que acabe dando la puntilla a aquella banda meañesa que desaparece en los años 60.

La "Columbia" se mantuvo unos años tras la marcha de Maximino Crespo a la orquesta "Ritmo" de Barrantes. Tiempo después el saxofonista regresó para retomar proyectos en su Meaño natal y, junto con un puñado de músicos, crea a finales de los años 50 la mítica orquesta "Melodías", donde repetían algunos componentes de la Columbia y otros meañeses como Avelino González (contrabajo), José Álvarez "O Asturiano" (saxo), Jorge "de Xil" (batería) o un Ignacio Camiña (acordeón y órgano) "que regresando de una Nochevieja de Nigrán -recuerda Maximino- se llevó el susto de su vida al ver su pianola -que así llamaban coloquialmente al teclado en la orquesta- salir despedida de la baca del furgón por un frenazo violento en una curva". Aquella orquesta "Melodías", que contaba con la voz del vocalista de Tremoedo, Ángel Villanueva, se mantuvo activa hasta finales de los años 70. El éxito de aquella orquesta traspasó fronteras llegando a actuar en León y en las localidades madrileñas de Parla y Fuenlabrada "en unos años donde viajar era muy duro".

También a inicios de los 60, pero en Xil, otro carismático padre de las orquestas meañesas, Silverio Méndez (hoy fallecido), alumbra la orquesta "Gran Victoria". De manos de este organista pasaron generaciones de músicos en una orquesta que se mantuvo hasta 1982. Entre ellos el trombonista Jorge Domínguez (padre del alcalde fallecido hace poco), los hermanos José y Arturo Guiance, Aurelio Rey o el trompetista meañés Julio Rodiño quien entró en la formación en 1964: "De aquella ya estaba funcionando -recuerda-, y contaba con nueve músicos y dos cantantes y yo me mantuve en ella unos 18 años". "Silverio era una esclavo de la música -continúa el trompetista que hoy tiene 72 años-, quitaba gente para arriba y cuando estaba en lo alto se la birlaban otras orquestas que les pagaban más."