Las agencias inmobiliarias de la ciudad están sobreviviendo gracias al alquiler, que "es lo único que se está moviendo, y aún así, medianamente", admite la propietaria de Laybe, Mariely Méndez Galiñanes.

El desempleo influye notablemente en el descenso de actividad en los arrendamientos, pues no son pocos los vilagarcianos que se han quedado en paro y se han visto obligados a renunciar a su independencia para volver a vivir con sus padres. "Hay parejas en los que uno se ha quedado sin trabajo por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y han tenido que irse a casa de los padres", confirman fuentes inmobiliarias.

Una de las épocas más importantes en alquiler de viviendas es la estival. El año pasado inmobiliarias y particulares tuvieron que reducir por primera vez los precios de los pisos de veraneo.