Una quincena de jóvenes japoneses de entre 17 y 25 años está estos días en Galicia, y ayer visitaron las comarcas de Pontevedra y O Salnés. Proceden de Wakayama, una región del sur del país nipón, por la que pasa el Kumano Kodo, una ruta de peregrinación que está hermanada con el Camino de Santiago desde 1997. La visita se enmarca en un programa de intercambios de la Xunta de Galicia, y los asiáticos devuelven la visita que una quincena de gallegos les habían realizado en noviembre.

Durante los últimos días estuvieron en la Torre de Hércules e hicieron un tramo del Camino de Santiago, y ayer les tocaba conocer las Rías Baixas. Empezaron la jornada temprano en Combarro (Poio), donde vieron el club náutico antes de pasear por el casco viejo y de hacerse fotografías ante los populares hórreos situados a pie del mar. También visitaron la casa en la que nació el padre del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Posteriormente se trasladaron a Sanxenxo, y estuvieron en la capilla de A Lanzada.

Después bajaron a la playa, pues muchos de ellos dijeron que querían tocar el agua del Atlántico, y de allí fueron a O Grove. Estuvieron en la isla de A Toxa, y tomaron unas fotografías de la capilla de San Caralampio, muy conocida por tener las paredes forradas de conchas, en las que los nipones escribieron sus nombres, como es tradicional desde hace décadas, sobre todo entre las parejas que se casan allí. Además, los monitores les regalaron unos collares artesanales hechos por las collareiras.

La visita por O Salnés terminó en Cambados. La expedición hizo unas fotos en la plaza de Fefiñáns, conoció la casa natal del poeta Ramón Cabanillas y entró al pazo de Torrado, donde existe una colección de vinos de los cinco continentes. Además les llamaron mucho la atención los cruceiros, tal y como explica uno de los monitores que les acompañaban.

Durante este viaje los japoneses pudieron comprobar los paralelismos y diferencias que existen entre su región y Galicia. Por ejemplo quedaron asombrados al ver el precio del kilo de percebes en el mercado de abastos de Santiago. "Les explicamos que son muy caros porque es difícil y arriesgado cogerlos. Y dos chicas de 18 años contaron que en Wakayama también los hay, y que ellas habían ido a pescarlos varias veces", afirma el monitor.

La Xunta y Wakayama llegaron a este acuerdo de intercambio porque el Camino de Santiago y el Kumano Kodo son las dos únicas rutas de peregrinación reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.