La alarma ha saltado otra vez entre los empresarios de la hostelería de Vilagarcía tras volver a ser víctima, uno de sus miembros, de un nuevo robo, el enésimo que se registra en la ciudad en los últimos meses. En esta ocasión, el asalto ha sido el bar Picoteo, ubicado en la calle Concepción Arenal, en el entorno de la capillla de San Xosé. Todo ocurrió sobre las seis de la mañana, explicaba ayer su propietario, cuando una persona que circulaba encapuchado y a lomos de una bicicleta, se detuvo ante el establecimiento.

Según los testigos presenciales, la persona esgrimió un bate con el que reventó la cristalera del establecimiento, accediendo a su interior donde destrozó la máquina tragaperras y se llevó el dinero del cambio que había en el interior de la caja registradora. En tan solo unos minutos huyó del lugar sin dejar rastro. La descripción facilitada por los vecinos que pudieron ver al ladrón es que se trata de un varón joven, alto y de complexión normal, aunque pocos más indicios pudieron ofrecer, ya que iba encapuchado y con guantes que impedían reconocerlo.

El propietario del establecimiento fue alertado de lo sucedido por los agentes de la Policía Nacional que le llamaron media hora después del suceso para tratar de realizar un inventario de los efectos sustraídos. En principio, se calcula que el ladrón pudo llevar se de la máquina tragaperras unos 900 euros y otros 350 del cambio de la caja registradora. De todas formas, lo peor son los daños que causó para hacerse con el dinero, ya que además de destrozar la cristalera, también rompió parte del mobiliario y de las botellas que se encontraban en las inmediaciones de las dos máquinas.

El propietario reconocía ayer que es la primera vez, en los cinco años que lleva ejerciendo la hostelería en ese mismo lugar, que le entran a robar, pero se ha convertido en uno más de los establecimientos hosteleros que han sido víctimas de un robo en los últimos meses.

No solo los ladrones se han cebado con los establecimientos hosteleros, sino que también han elegido entre sus víctimas a entidades como un supermercado o un estanco, eso en los últimos meses.

Incluso en alguna ocasión, los ladrones han llegado a ser violentos, como fue el caso del robo ocurrido a finales del pasado mes de enero en una céntrica cafetería donde el "caco" acabó golpeando a su propietaria.