La reciente entrada en vigor de las nuevas tasas judiciales ha repercutido en el trabajo de los abogados. El número de demandas y de apelaciones que presentan ha bajado, pues el ciudadano se lo piensa más a la hora de acudir a la justicia. - incluso se dan casos en que el usuario se encuentra con dificultades para abonar la tasa y que tiene que recurrir a la ayuda de parientes, amigos, su empresa o de su propio letrado.

El cambadés Juan Rivas asegura que "yo personalmente he adelantado dinero a algunos clientes para el pago de las tasas". Rivas admite que es una medida excepcional, y que solo lo ha hecho con personas hacia las que tiene una gran confianza, pero que ejemplifica de alguna forma las dificultades por las que muchas personas pasan para poder abonar estos tributos aprobados por el ministro Gallardón.

Un abogado de Vilagarcía como Adonis Alcalde, por su parte, dice que "yo tengo el mismo volumen de trabajo que antes, pero sí que hay clientes que tienen problemas para hacer frente a las tasas", y refiere por propio conocimiento el caso de una persona que tuvo que pedir un anticipo de nómina a su empresa para poder iniciar un pleito.

El grovense Pablo Leiva, por su parte, declara que "la mayoría de la gente considera una injusticia tener que pagar una tasa por una asistencia jurídica que entiende legítima", y que conoce casos de "clientes que tuvieron que recurrir a los padres, porque en la situación económica actual las tasas son una carga añadida para la gente".

Alberto Gallego, de Vilagarcía, dice a su vez que a él la entrada en vigor de las tasas no le ha afectado especialmente, aunque sí percibe una disminución en las reclamaciones dinerarias de escasa cuantía. "Yo llevo sobre todo asuntos penales y laborales, de modo que las tasas me afectan menos que a otros compañeros, puesto que en Penal no se aplican, y en Laboral solo se paga en apelación. Además, los trabajadores tienen una bonificación del 60 por ciento".

Pablo Leiva y Juan Rivas, sin embargo, sí creen que ha bajado algo el volumen de trabajo, sobre todo en lo que se refiere a los recursos. "La gente se retrae más a la hora de apelar, y cuando se trata de reclamaciones de pequeñas cuantías ya renuncian directamente a ir al juzgado", sostiene Leiva.

Juan Rivas, mientras, apunta que "la gente se está echando para atrás a la hora de recurrir, más que antes, puesto que nunca les puedes dar completas garantías de que vayan a ganar". Dice que también a la hora de presentar una demanda nueva "tienes que tener las cosas muy claras", y considera muy dolorosa la situación de los afectados por las participaciones preferentes "porque encima de que se ven sin el dinero que tenían ahorrado ahora tienen que adelantar más para reclamarlo". Mientras, Adonis Alcalde opina que la cuantía de las tasas debería establecerse mediante una escala proporcional, pues en la actualidad tienen que abonar la misma una persona que reclama 3.001 euros que otra que acude al juzgado por 100.000 -800 euros-, cuando se supone que las condiciones de uno y otro son muy distintas. En opinión de este letrado vilagarciano lo más correcto sería que "pague más quien más se juegue en el pleito".

Las tasas molestaron a un amplio sector de la abogacía y de los procuradores, aunque también fue censurada por jueces, secretarios y funcionarios, de forma más o menos explícita.