Ante la aparición de la plaga del picudo rojo en diferentes puntos de España se han intensificado los controles, las acciones preventivas y las talas de plantas enfermas. En el caso de O Grove, después de que los técnicos constataran que, aparentemente, no hay palmeras dañadas en la isla de A Toxa, ahora se plantea la colocación de trampas de feromonas, para despejar cualquier duda y determinar con total exactitud si el voraz escarabajo llegar a este territorio o no, pues hay que insistir en que no es fácil de detectar, y a veces cuando se localiza ya es demasiado tarde para salvar a las palmeras.

A la espera de resultados puede decirse que la situación de alerta es máxima, y no solo en O Grove. Cabe apuntar que en los últimos días operarios del Ayuntamiento de Inca, en Mallorca, tuvieron que cortar palmeras en diferentes lugares públicos. En un cementerio los técnicos revisaron 36 palmeras y detectaron tres ejemplares afectados.

Casi al mismo tiempo, los efectos nocivos del escarabajo se intensifican en el sur de la provincia de Pontevedra, y particularmente en Gondomar, donde los responsables municipales confirmaron que el escarabajo atacó a cuatro árboles en fincas particulares de la parroquia de Borreiros, por lo que tuvieron que ser talados.

Ante el grave riesgo existente -del que ya informó FARO en repetidas ocasiones durante las últimas semanas-, la concejalía de Medio Ambiente de Gondomar organizó el miércoles una jornada técnica dirigida a profesionales del sector de la jardinería y el paisajismo en la que participaron una treintena de personas.

Entre ellos se encontraban el concejal de Medio Ambiente de O Grove, Alfredo Bea García, y el técnico municipal de dicho departamento, Francisco Meis, quienes acudieron a la cita preocupados por la posible afección de la palmeras de A Toxa, donde existe una gran abundancia de estas palmeras que, sin duda, forman parte fundamental del paisaje de la isla.

Si el picudo rojo atacara a las palmeras de A Toxa y fuera preciso talarlas -todas o alguna de ellas-, no cabe duda de que el efecto sería realmente perjudicial, no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también desde una perspectiva estética y turística, de ahí que el Concello de O Grove busque el modo de evitar la acción de ese escarabajo que come las palmeras desde el interior y que constituye una plaga que se extiende con rapidez.

En el curso al que asistieron Bea y Meis, llevado a cabo en colaboración con el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Galicia y la Consellería do Medio Rural e do Mar, se mostró a los presentes cómo reconocer las palmeras susceptibles de estar afectadas por la plaga. Los asistentes también se familiarizaron con técnicas de cirugía y aplicación de endoterapia, métodos de recuperación y de control, y con diferentes actuaciones preventivas ante el ataque del picudo rojo. Cabe incidir en que el Concello de O Grove está en contacto, desde hace semanas, con empresas especializadas en la localización y eliminación del escarabajo, aunque su control no resulta nada sencillo.