Nació hace 85 años en Corón. Empezó a trabajar desde muy niña ayudando en casa y en las labores del campo. Cuando se casó se fue a vivir con la familia de su marido, y comenzó a dedicarse mucho más a la vida de la horticultura, especializándose en la venta de legumbres. Los primeros viajes al Mercado de Marín se hacían en carro, los martes, jueves y sábados, y en el invierno se hacían especialmente duros, con el frío, la lluvia y la helada. Pero ni el tiempo ni las dificultades fueron capaces de hacer que dejara de convertir esta tarea en su profesión, labor que con muy buen hacer continuó hasta el día de la jubilación. El cuidado de su familia también ocupó un lugar muy especial en su vida. Y con la misma energía, aprovechaba el tiempo que le quedaba, en la educación de sus hijos. En casa dicen que hoy sigue al cien por ciento y que no para. Continúa conservando intactas su determinación y su curiosidad por aprender de la vida, lo que hace que le guste estar al tanto de todo lo que ocurre a su alrededor.