-Cada vez es más frecuente ver a mujeres al volante de autobuses y taxis, pero la paridad todavía es una lejana meta. ¿A la gente le llama la atención ver a una chica conduciendo el bus turístico?

-A los turistas no, pero a camioneros que van al muelle comercial, por donde yo hago la ruta, sí les llama la atención y se quedan mirando.

-En junio de 2011 empezó en este trabajo. ¿Qué le llevó a ello?

-El tren es de mi padre, que tiene la empresa Viajes Turísticos Silest, S.L. Yo estoy como empleada. Estudié un ciclo superior de turismo y luego me fui a aprender inglés a Irlanda. Siempre me gustó el turismo, pero nunca había pensado en trabajar en el tren. Después de estar en varios empleos temporales, vi que esto podía ser algo estable. Me puse a sacar el carné de autobús, que se necesita para conducir este vehículo articulado. Era la única chica que en ese momento estaba en la autoescuela sacando ese permiso.

-¿Cómo sobrevive el negocio en invierno?

-Los meses de diciembre a febrero son parados, quitando cenas de empresa, colegios, carnavales o despedidas de soltero.