El concejal de Tráfico de Vilagarcía, Benito "Cholo" Pérez Dorgambide acaba de dar instrucciones a la Policía Local para revisar los tiempos de permanencia de luz ámbar en los semáforos con cámara de Rosalía de Castro y Juan Carlos I para comprobar si se ajustan a los recomendados por la normativa vigente de circulación.

En ambos casos, la fracción de tiempo es inferior a tres segundos por lo que el paso de verde a rojo es casi inmediato y son muchos los conductores que se ven sorprendidos a la hora de frenar o cruzar el lugar.

La pasada semana, el Juzgado de lo Contencioso número 3 de Madrid dictó una resolución que da la razón a un conductor que recurrió una sanción por considerar que los tres segundos de permanencia de la luz amarilla era demasiado fugaz, por lo que anuló la multa que le habían impuesto.

En el caso de Vilagarcía, la situación es más paradigmática si cabe pues los semáforos analizados son los que llevan acopladas cámaras de vigilancia que sancionan a los vehículos que se saltan el semáforo en rojo.

"Cholo" Dorgambide sostiene que el método que se emplea en Vilagarcía "solo multa al conductor que pasa el semáforo en rojo" e insiste que se trata de "una cámara de vídeo que graba una secuencia completa de la infracción".

Advierte de que esas imágenes quedan grabadas durante un período y que todos los conductores que hayan sido sancionados y quieran visualizar los hechos "solo tiene que solicitarlo en el departamento policial".

En estos momentos, el edil responsable de la Policía estudia un cambio de estas cámaras de video, llamadas "semáforo-rojo", porque se ha logrado el efecto disuasorio que se perseguía en estas calles de modo que se instalarán en otras por determinar, una de ellas posiblemente en Rubiáns donde ya está colocada la caja soporte de la cámara.

Dorgambide insiste en que este sistema cumple con todas las garantías y que en ningún caso ha multado a coches que hayan cruzado el semáforo en ámbar. "Es una cinta de video que supervisan agentes de la Policía Local desde la jefatura".

"Yo como concejal he visto muchos de los vídeos y comprobé que solo se multa a los que incumplen de forma flagrante, es decir cuando atraviesan con el semáforo ya en rojo", dice Dorgambide.

Pero a renglón seguido reconoce que él mismo ha sido "cazado" en esta infracción. "Ahora mismo estoy en la Policía pagando la multa con el descuento y son cien euros, además de los cuatro puntos que me retiran del carné de conducir", admite el edil vilagarciano.

Se trata de una sanción grave que implica una multa de 200 euros que el edil aconseja pagar en plazo en vez de recurrirla "porque en las imágenes queda muy clara la infracción".

Afirma que la multa solo se impone a aquellos conductores que pasan cuando el semáforo lleva una fracción de tiempo en rojo. "Nunca se multa a quien pasa en amarillo, porque además hay que tener en cuenta el tamaño del vehículo pues no es lo mismo un turismo que otro que lleve incorporado un remolque o un autobús", explica.

El edil de Tráfico anuncia que su intención es la de controlar todos los accesos a la ciudad, con las dos cámaras de semáforo-rojo y también con dos radares fijos en los cuatro principales accesos a la ciudad.

Asimismo se prevé mejorar la señalización semafórica y uno de los puntos en los que se va aponer en funcionamiento es el nuevo de A Lomba, puesto allí provisionalmente para servicio de la base de Protección Civil.

Allí se colocará un semáforo regulado y también anunciado convenientemente, pues como reconoce el concejal "en estos momentos resulta peligroso".

En efecto, el báculo semafórico está situado en plena curva y es activado en exclusiva por los voluntarios cuando necesitan salir con sus vehículos a una actuación urgente.

Dorgambide ha sido testigo en este punto de que "casi ningún vehículo obedece la señal roja porque frenar puede suponer un riesgo de ser embestido por detrás".

De ahí que haya encargado un estudio a la policía para mejorar la utilidad de este semáforo de A Lomba y lograr que sea respetado sin que suponga un riesgo añadido para el tráfico.

Con todas estas medidas, el Ayuntamiento pretende recaudar decenas de miles de euros al año, si se tiene en cuenta que en los mejores tiempos se ingresaban cerca de 300.000 en concepto de multas por las dos cámaras que hay en la actualidad.

La colocación en otros puntos de la ciudad volverá a tener similares efectos económicos, pero sobre todo disuasorios.

El concejal afirma que en su departamento se han recibido quejas de vecinos de estos lugares de entrada a Vilagarcía por los excesos de velocidad.