En enero de 2009 se inauguraban las nuevas instalaciones de Frigrove, una empresa que empezaba a abrirse camino en Italia, Inglaterra y Francia que entonces tenía una plantilla de 80 mujeres y 25 hombres. Encargada de transformar el atún que se envía a las conserveras y también directamente al mercado -en diferentes presentaciones-, esta empresa ya era entonces un ejemplo de inversión y desarrollo, pero sobre todo era destacada por su capacidad de contratación. Ya retirado, el grovense Joaquín Escalante fue el impulsor de aquel gran imperio que empezaba a crecer y cuyo punto culminante llegó con la inauguración de Fricam en Cambados; unas instalaciones semejantes a las grovenses que se pusieron en marcha en 2011. El propio Joaquín Escalante explicaba que todo había comenzado en 1991, con la puesta en marcha de un almacén frigorífico "con 17 o 18 puestos de trabajo". Posteriormente empezaron a limpiar el pescado para dar servicio a las conserveras "utilizando la mano de obra especializada que tenemos en Galicia". Y así la plantilla "pasó de 17 a 105 personas", en O Grove, para incorporar después 17 más en Fricam. Actualmente en la empresa grovense hay 240 trabajadores, y en cuanto se incorpore la nave anexa, para la que hay que modificar una licencia que data de 1987, pueden ser cerca de 500 empleados.