Una de las citas imprescindibles de ayer fue el Belén en movimiento de Valga que este año ha incorporado nuevas figuras de actualidad a un conjunto que ya supera las 3.000 piezas.

Más de 300 metros cuadrados de plataforma permiten muchas escenas que los amigos del Belén idean cada año, con incorporaciones que sorprenden a los miles de visitantes y, que en esta ocasión, con el robo del Códice o el juicio de la Operación Malaya con una Pantoja y Julián Muñoz en el banquillo del juzgado, han puesto esa nota de originalidad que siempre buscan los organizadores.

De todos modos, la esencia se mantiene inalterable desde que se abrió al público hace unos quince años. Por eso el Pesebre, los Reyes Magos que hacen el recorrido por las cordilleras, los ángeles y pastorcillos son siempre inmutables.

También las escenas eminentemente de Galicia, desde la matanza, al corral de una casa rural, la clínica médica, la estación de tren, la catedral o los campos de fútbol y parques infantiles con niños que se balancean, dan vida a una ciudad imaginaria en la que se rinde tributo a las fiestas familiares por excelencia.

El Belén permanece abierto hasta la Epifanía. Los organizadores nada dejan al azar porque son miles de personas las que cada año acuden a verlo. La realidad es que merece la pena tanto para los adultos como para los "peques" de la casa.