El consumidor puede estar satisfecho, pues la centolla está más barata que nunca. Pero esto es sinónimo de preocupación para la flota de enmalle, pues los pescadores de este preciado crustáceo obtienen en estos momentos menor rentabilidad.

Al menos así se desprende de los datos oficiales ofrecidos por las lonjas durante las dos primeras semanas de campaña. Es ya un periodo suficientemente amplio para sacar las primeras conclusiones, y de este modo puede decirse que hay una gran cantidad de producto y escasa demanda, lo cual se traduce en precios bajos.

Tanto es así que las principales lonjas gallegas para la venta de este crustáceo han marcado precios máximos que están entre 10 y 12 euros por debajo de lo establecido en noviembre de 2011.

Esto supone que la mejor centolla, la del "primer mío", que se comercializa en los puertos como la de máxima calidad, y por tanto, la de mayor precio, está al alcance de casi todos, aunque después estos bajos precios no siempre se traduzcan en costes reducidos para el consumidor que compra en las plazas de abastos y pescaderías.

Pero nadie puede dudar, y de ahí la preocupación de la flota, que los precios manejados en primera venta en este arranque de actividad resultan extremadamente bajos si se comparan con los que hasta ahora eran habituales.

Para comparar resultados hay que dejar al margen lonjas que pueden marcar cifras casi de escándalo por un kilo de centolla, pero que no se tienen en cuenta porque venden cantidades testimoniales o insignificantes, de apenas un puñado de kilos a la semana.

Hay que analizar, por tanto, lo que ocurre en las rulas más importantes de Galicia, y es entonces cuando puede comprobarse que O Grove cotizó la centolla a un máximo de 25,50 euros en noviembre de 2011, y sin embargo, desde que abrió la campaña -el pasado día 5- el tope se sitúa en 13,50 euros. Es decir, la que pasa por ser la rula más importante para el cotizado crustáceo vende ahora sus mejores piezas doce euros más baratas que hace un año.

Según los datos oficiales remitidos a la Plataforma Tecnolóxica da Peca, dependiente de la Consellería do Medio Rural e do Mar, en O Grove se vendieron en las dos últimas semanas más de 22 toneladas de centollo, con unos ingresos de 191.000 euros, lo cual puede dar una idea de la importancia que tiene este recurso en el citado puerto.

Dejando a un lado a O Barqueiro, que llegó a 34 euros por kilo pero solo vendió 30 kilos, e incluso obviando a Rianxo, que vendió 162, cabe aludir a Cambados, donde se marcó uno de los mejores precios de Galicia esta temporada, con 20 euros por kilogramo, aunque en noviembre de 2011 aquí se había marcado un tope de 27,50.

Los cambadeses comercializaron en las dos últimas semanas alrededor de 5 toneladas de centolla, con un precio total de 43.000 euros.

En la lonja de A Coruña el descenso del precio máximo respecto al año anterior fue de 10 euros, al igual que en Ribeira y Vigo.

Los coruñeses vendieron este mes 15 toneladas, con un importe de 49.000 euros; en el puerto ribeirense alcanzaron las 12 toneladas, por valor de 63.000 euros; y en Vigo llevaron al mercado más de cuatro toneladas de centollo, para ingresar por ello 22.346 euros.

Junto a estos datos, aún provisionales, puede citarse a Fisterra, donde el precio máximo es 18 euros inferior al del año pasado; Ferrol y Muros, donde bajaron 13 euros por kilo, respecto al mismo periodo; y Pontevedra (Mercado), donde la mejor centolla cuesta siete euros menos por kilo que hace un año.

Asimismo, Bueu marcó un máximo de 13,45, mientras que el año anterior habían sido 21,80 euros por kilo; y Cangas llegó esta vez a los 15 euros, pero en noviembre de 2011 fueron 20,60 euros. En definitiva, que en todas las lonjas se aprecia un descenso de precios considerable respecto a noviembre de 2011, lo cual sugiere que la abundancia de producto y la crisis están causando pasando factura a la flota.

Aunque como en otros casos, lo que es malo para unos es bueno para otros, de ahí que entre los consumidores exista satisfacción por el bajo precio marcado actualmente por la centolla. Hay quien cree que ahora son tarifas "ajustadas a la realidad; antes era un abuso".