El profesor y responsable del centro hidrobiológico de O Con, Fernando Cobo, fue el encargado de inaugurar el ciclo de conferencias que la USC organiza en el Auditorio de Vilagarcía. Las exposiciones se centraron en el análisis de las cianobacterias, sus tipos, toxicidad y forma de vida.

Cobo explicó cómo se generan los "blooms" en los embalses y ríos. Este fenómeno consiste en la floración de un tipo de bacteria que superpuebla el agua dulce pudiendo, según el caso, llegar a fabricar una toxina perjudicial para el ser humano. Así sucede con la famosa microcystis y la microcistina, que puede provocar graves hemorragias hepáticas.

A este respecto, cabe destacar que en el río Umia han sido localizados todos los tipos de microcystis de las que se tienen resultados fiables.

Pero queda mucho camino por andar, pues estas son solo "diez o doce de las 80 especies que se conocen. Y cada mes aparecen nuevas", explicó en la segunda ponencia el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Antonio Quesada.

Ambos expertos señalaron la importancia de prevenir la contaminación agrícola y urbana que emite grandes cantidades de fósforo a los ríos, que sirve de alimento a las cianobacterias.

"El Umia cuenta todos los años con blooms de este tipo. Desde siempre ha sido un río muy contaminado. Aunque hay que decir que va mejorando gracias a la inversión en sitios como Cuntis o Caldas", evaluó Cobo tras su intervención.

Cada año, habitualmente a finales de verano, se da un crecimiento del nivel de microcystis hasta niveles de potencial toxicidad. Lo que pasa es que, por una razón todavía desconocida, en unos casos esta proliferación es altamente nociva y en otros es inofensiva.

El hecho de que se den blooms en verano con más facilidad es debido a que las cianobacterias realizan la fotosíntesis, como las plantas, y necesitan de la luz del sol para nutrirse.

En su ponencia, Antonio Quesada explicó los tipos de cianobacterias y su peligro. Por ejemplo, habló de las neurotoxinas segregadas por algunos de estos microorganismos y que pueden llegar a detener las conexiones neuronales, causando un efecto similar al de la cocaína.

Afortunadamente, este tipo de toxina es muy poco frecuente en España. No así la microcistina, que además es altamente tóxica. De hecho, para que resulte mortal es necesaria una exposición menor que la que hace falta con el famoso gas mostaza utilizado en algunos conflictos bélicos.

Quesada también advirtió las novedades extraídas de los últimos estudios referidos a estos microorganismos, como el descubrimiento de un nuevo aminoácido denominado BMAA, presente en el 70% de las cianobacterias y, posiblemente, relacionado con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Pero no todo es malo en lo que se refiere a estos seres, que también son utilizados con fines alimenticios en productos como la leche y los yogures.