Sara Besada, una de las mujeres más longevas de Galicia, falleció ayer en Pontevedra a los 106 años de edad tras una intensa peripecia vital vinculada siempre a A Illa de Arousa.

Estaba considerada como una de las abuelas de Galicia, reconocimiento que recibía todos los años del propio alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, que acudía a visitarla en la Rúa Nova de Abaixo, donde residía con uno de los cuatro hijos que tuvo.

Los restos mortales de Sara Besada se encuentran en el Tanatorio de Vilagarcía, desde donde se dirigirán mañana por la tarde, a partir de las 16,30 horas hacia la iglesia de San Xulián de A Illa, en cuyo cementerio recibirán sepultura.

La mujer era muy conocida en A Illa de Arousa, donde nació y vivió la mayor parte de su vida, aunque en los últimos años se había trasladado a Pontevedra para ser cuidada por una de sus hijas. De todas formas, todos los veranos cruzaba el puente para volver a reencontrarse con su tierra y con sus vecinos.

En el Concello de A Illa reside gran parte de su familia, e incluso, uno de sus cuatro hijos, Juan Luciano Otero Besada, fue teniente de alcalde en el anterior mandato.

Además de los cuatro hijos, Sara deja una decena de nietos y 15 bisnietos, además de un sinfín de anécdotas vitales que pasarán a formar parte de la memoria de la familia.

Una de las anécdotas que más recordaba ayer su familia es que Sara Besada era una excelente cocinera, que llegó a cocinar incluso el pulpo hasta al mismísimo Francisco Franco en el barco "Azor" cuando andaba por Galicia. Años después del fallecimiento del dictador, una televisión la entrevistó preguntándole que tal era como persona Franco, a lo que ella respondió con un directo y contundente: "Muy antipático".

El fallecimiento causó un hondo pesar en el municipio isleño, un lugar que Sara Besada siempre llevó en el corazón allí a donde iba.