En fecha anterior a los estudios del vilagarciano, otro investigador tuvo la feliz ocurrencia de fundar en Carril una Escuela de Biología Marina, con la intención de formar investigadores que estudiasen el intenso movimiento biológico de la ría. Sería el antecedente directo del Centro Experimental. Este investigador fue Antonio Vila Nadal, que en 1900 aparece como catedrático de Historia Natural de la Universidad de Santiago. Era un conocido estudioso de la vida marina, fundador de la revista "La Propaganda Científica" así como de la "Revista de Ciencias Naturales" y asiduo colaborador de populares publicaciones de la época, tales como "El Globo" de Madrid, y "La Gaceta de Galicia".

Deseoso de crear en Galicia un centro de investigación de biología marina, siendo profesor ayudante de Historia Natural de la Universidad de Compostela, publicó en 1892 que "al igual que M. Lacaze-Duthiers en Francia, nos proponemos crear en España un establecimiento científico de biología marina con dos secciones, una en el Mediterráneo que radicará en Barcelona, titulándose Estación Zoológica, y otra en el extremo opuesto de la península, en el mar Atlántico, correspondiente a las productivas y hermosas costas de Galicia que se denominará Escuela de Piscicultura de Arosa.

Fauna y flora

Ambas tendrán por objeto el estudio de la fauna y flora marítimas y hacer experimentos para la aclimatación en nuestras aguas de las industrias que de estos estudios se derivan, propagando sus resultados por medio de la enseñanza, la revista y el libro, siendo aquella no solo particular en los locales al efecto destinadas, sino también de ilustración popular, dando conferencias con aparatos de proyección y exhibiendo los acuarios en que se hallen los seres objetos de estudio".

Realmente Vila Nadal recogía en su pretensión las conclusiones del Congreso de Agricultura y Pesca celebrado en el año 1886 en el paraninfo de la Universidad de Santiago en orden a crear en algún lugar de la costa gallega un laboratorio o estación de biología marina. A nivel nacional, el profesor Vila Nadal pertenecía al grupo de investigadores tal como González de Linares y Odón de Buen, también preocupados por el tema, y que con más suerte consiguieron montar e investigar en laboratorios de biología marina, el primero en Santander con la ya clásica Estación Marítima de Zoología y Botánica, y el segundo más modestamente en la vieja fragata de madera "Blanca", constituyendo así el primer laboratorio flotante.

Vila Nadal consiguió al principio un acuario ambulante en 1886, "que construyó para que los niños del interior conocieran las riquezas de nuestro litoral". Este acuario seguía funcionando en el año 1900 de acuerdo con una crónica del periódico "El Correo de Lugo" que señalaba que pronto partirá de Santiago, "para recorrer los diferentes centros docentes de la región exponiendo sus deseos, fundados en el amor a la ciencia de que en todo se diera carácter práctico a la enseñanza, para llegar de este modo a una juventud de conocimientos profundos y no superficiales como la de ahora. Vengan en buena gana, pues Vila Nadal recorrerá los demás puntos de Galicia, donde existan un catedrático y sus alumnos y allí, con su elocuencia arrebatadora, pronuncie discursos".

Los acuarios del profesor Vila se habían hecho famosos incluso fuera de Galicia a juzgar por una nota de prensa del año 1892 que decía que "Vila Nadal recibió atenta comunicación del alcalde de Madrid pidiéndole croquis y una memoria de su acuario, con objeto de instalarlo en las próximas fiestas del centenario de Colón en el parque del suroeste de la Corte". Como opina la profesora e historiadora de Educación Ambiental, Araceli Serantes, "fue el primer equipamiento móvil para la educación ambiental de España".

Laboratorio de biología

Vila propagó su intención de erigir un laboratorio de biología marina a través de conferencias y medios de comunicación de la época, hasta conseguir una serie de ayudas que encabezó Eugenio Montero Ríos, y que se fueron incrementando hasta que la Dirección General de Instrucción Pública concedió una subvención de 2.000 pesetas para la futura "Escuela de Piscicultura de Villagarcía de Arosa". La "Gaceta de Galicia" publicaba en 1891 que la Diputación y el Ayuntamiento de Vilagarcía también habían prometido ayudas económicas "con una cuota de dinero que se desconoce a cuanto asciende".

Fue definitivamente el 2 de septiembre de 1900 cuando el rey Alfonso XIII acompañado de su madre doña María Cristina pusieron "la primera piedra a la Estación de Biología Marina de Carril, anexa a la Universidad de Santiago, como lo está el Laboratorio de Arago de Baniguls-sur-mer a la Universidad de París". Al acto asistieron las suficientes personalidades como para presagiar un adecuado futuro al laboratorio. Allí estaban el presidente del Consejo de Ministros Silvela; el Rector de la Universidad de Santiago Romero Blanco, el gobernador civil de Pontevedra Menéndez Pidal, diputados, senadores, el alcalde de Carril Buhigas, etcétera.

Con motivo de la colocación de esta primera piedra en Carril, la revista gallega "La Propaganda Científica" se lamentaba de la tardanza en el inicio de las obras:"!Que de cúmulos de obstáculos se nos habían puesto delante para impedir el paso adelante, para impedir el paso hacia nuestros anhelados deseos¡ ¡Cuantos tropiezos y fracasos debidos a ninguna protección, y qué de sarcasmos y burlas tuvimos que sufrir de personas al parecer ilustradas, debidas unas veces a la envidia, otras a mala voluntad y siempre al poco conocimiento de lo que son estas cosas en los países civilizados y su importancia científica, económica y prosperidad para el porvenir¡"

Poco podía imaginar el editor de la revista que estos obstáculos proseguirían y que la colocación de la primera piedra era solo una fachada, mera propaganda política que al final quedaría en solo eso, en colocar una piedra. El propio Vila Nadal se lamentaba de esta situación de estancamiento científico con motivo de la inauguración del curso universitario en 1903. Tal como anota el historiador Barreiro Fernández, fue "una especie de despedida en Galicia y un poco el testamento de sus sueños irrealizados, reconociendo su fracaso porque aquella primera piedra puesta en Carril en 1900 quedó solo en un proyecto. Amargamente se lamenta de la incuria institucional y de la torpeza de los empresarios gallegos".

Un chalé en vez del centro

Según el historiador Xosé Antonio Fraga, en el terreno donde se colocó la primera piedra del laboratorio, se construyó una casa, que serviría para veraneo del profesor Vidal, pero en todo caso, no hubo tiempo de construirla antes de que abandonara Galicia, ni en la prensa local aparece nota alguna al respecto. Probablemente se trataba de una casa vecina, ya que de haberse edificado en el terreno susodicho, ya se podría considerar construido el edificio para laboratorio, y no ocurrió.

Todavía en 1911 los ingenuos alcaldes de Carril, Vilaxoán y Vilagarcía, así como los presidentes de la Cámara de Comercio y la Asociación de Patronos de Cabotaje, hicieron una solicitud al Ministerio de Fomento "para que la Estación de Biología Marina acordada establecer en Carril por tres Reales no sea trasladada a ningún puerto". Como tantos otros proyectos, no fue posible seguir adelante con la Estación de Biología Marina en Carril, y el historiador Barreiro Fernández en su Historia de la Universidad de Santiago comenta que el profesor Vila Nadal "fue capaz de soñar con movilizar a una Galicia, siempre durmiente en el regazo de Breogán, para que rectificara su andadura, y de una vez por todas asumiera el progreso científico. Ante su fracaso optó, él también por dejarnos a nuestra suerte" trasladándose a Salamanca en 1904 para posteriormente marchar a Barcelona.