Un total de 7.611 vecinas de las comarcas de O Salnés y Ullán celebran el Día de la Mujer Trabajadora en las listas del paro. La creciente lacra del desempleo se ceba especialmente con las mayores de 25 años, que hasta en un 30% de los casos cuentan con formación específica, con estudios superiores o, incluso, universitarios.

La incidencia que el desempleo tiene en la población femenina queda de manifiesto en la afluencia de mujeres que día tras día visitan la oficina del INEM. Algunas llevan unos pocos meses, pero otras superan ya los dos años sin conseguir un empleo. Ayer, en la cola del paro de Vilagarcía, las desempleadas comentaban la ironía de celebrar el 8 de marzo cuando el desempleo crece mes a mes. "El único modo de conmemorar este día sería con un puesto de trabajo", indicaban algunas de las que esperaban turno para tramitar sus prestaciones.

Natalia García es de Vilagarcía, tiene 22 años y un ciclo superior de comercio. Al terminar sus estudios empezó a trabajar como dependienta en una tienda de alimentación, en la que al poco tiempo prescindieron de ella recurriendo a la tan mentada excusa de la crisis. Poco después consiguió un empleo como comercial, del que fue despedida hace seis meses "por coger una baja". La suya es el ejemplo de la situación que atraviesan muchos jóvenes, pues a pesar de haber trabajado nueve meses no tiene derecho a prestación porque la mayor parte de ese tiempo lo pasó con un contrato de prácticas. Y mientras ve los meses transcurrir, sus esperanzas de optar a un empleo van menguando.

Igual de descorazonada se encuentra Inés Batalla, azafata vilagarciana a la que el cierre de Spanair dejó en la calle el 27 de enero. Llevaba vinculada a esa empresa once años, y sus opciones de recolocación son muy bajas. "Tengo 33 años, y en mi profesión a esa edad ya se es vieja para conseguir un trabajo", asevera esta desempleada, que explica que al cierre de Spanair se ofertaron opciones de recolocación, pero a trabajadores casi "escogidos". "Además, las condiciones eran cobrar mil euros por trabajar treinta días al mes en un puesto que entraña un elevado riesgo y que exige levantarse a las cinco de la mañana y estar constantemente en el aire", explica la azafata.

Leticia Ramos tiene 26 años, y también es natural de Vilagarcía. Hizo estudios de peluquería, y al terminar su formación consiguió introducirse en el gremio. Sin embargo, la maternidad la obligó a apartarse temporalmente del trabajo, y ya no consiguió regresar. En estos momentos lleva más de año y medio en paro, y aunque no deja de buscar empleo y de consultar las ofertas del INEM, por el momento no ha conseguido nada, ni confía en que así sea.

Jessica Piñeiro tiene 30 años y es natural de Vigo, pero hace algún tiempo llegó a Vilagarcía para recibir tratamiento en el centro Lar. Allí comenzó a trabajar en la lavandería que cerró hace casi dos años, y desde entonces lucha por conseguir otro trabajo. "En estos momentos la verdad es que estoy asustada. Tengo ayuda de mis abuelos, pero vivo de una paga, y en vista de los recortes que están realizándose por todos lados tengo miedo de que me la quiten o me la rebajen. Me he puesto a estudiar para tener más opciones", dice.

Las empresas paralizan las ofertas de trabajo que llegan al Instituto Nacional de Empleo

Hace varios meses que la oficina del INEM de Vilagarcía se encarga poco más que de trámites y papeleos. En un momento en el que la afluencia de personas en paro se ha elevado de manera muy importante, las empresas que habitualmente hacían llegar ofertas de trabajo se han paralizado.

Antes de que la crisis empezase a cebarse con la comarca, los picos de actividad en el INEM de Vilagarcía estaban muy focalizados. Diciembre concentraba la mayor afluencia de usuarios, y el número de trámites también solía elevarse en los primeros días de cada mes. En estos momentos, sin embargo, la actividad es incesante a diario, y durante toda la mañana los funcionarios no paran de recibir a personas en paro.

La coyuntura económica parece haber paralizado el mercado laboral arousano. Y mientras hasta no hace mucho el INEM conseguía colocar a muchos de sus usuarios gracias a las ofertas de trabajo que le remitían empresas de toda la provincia, a día de hoy estas son prácticamente inexistentes. La única opción de ocupación que ofrece el INEM son unos cursos formativos para menores de 30 años sin formación. Pero de ellos quedan excluidos los numerosos jóvenes, especialmente mujeres, que tienen estudios superiores, tal y como ayer comentaban algunas usuarias en la cola del paro. Todas ratificaban que desde que se apuntaron al paro nunca las llamaron para una entrevista.