Dotar de cámaras de vídeovigilancia a los muelles de la ría de Arousa es uno de los objetivos que se ha marcado Portos de Galicia para los próximos meses a fin de que se frenen los constantes hurtos que se están registrando en algunas dársenas. El presidente del ente dependiente de la Consellería do Mar, José Juan Durán, reconocía ayer que se está preparando el concurso público para la instalación de este servicio en dársenas como las de Vilanova, Cambados y A Illa entre otras.

El propio Durán reconocía ayer, ante la patrona mayor de Vilanova, Evangelina Lago, que era una de las principales demandas que se le vienen realizando desde los pósitos para frenar los constantes robos de material que sufren las embarcaciones. Un ejemplo de esta situación se vivió recientemente en los mulles isleños de O Xufre y Cabodeiro.

El anunció lo realizó José Juan Durán en la apertura del nuevo vial que une el casco urbano de Vilanova con el puerto deportivo. Edificado sobre las antiguas ruinas de la fábrica de Charpo, Durán se encargó de inaugurar este pequeño vial que, por el momento, va a permitir incrementar en más de 60 el número de estacionamientos en el casco urbano. Además, en el futuro se pretende conectarlo con otro vial que parta desde As Sinas hasta el muelle aprovechando la construcción de un paseo marítimo.

La actuación incluyó la demolición de la antigua nave conservera, que se encontraba en unas condiciones deplorables, lo que ha permitido habilitar un nuevo vial, zonas de estacionamiento y un espacio ajardinado de 2.000 metros cuadrados. En principio, en ese lugar es donde está previsto que se construya el futuro auditorio dedicado a Valle-Inclán. Durán se mostró dispuesto a ceder esa parcela para el auditorio pero también reconoció que "de los usos de la misma se hablará en el futuro", ya que, por el momento, no hay nada definido al respecto. La urbanización de toda la superficie que ocupaba Charpo ha supuesto una inversión de 400.000 euros.

A esta obra se suma otra actuación que se está a ejecutar en estos días para responder a las necesidades de los usuarios de las instalaciones portuarias y refuerza la seguridad de la flota. Se trata de la retirada de varias "agujas" de roca existentes en las inmediaciones del muelle que, con la marea baja, podían provocar daños en el caso de las embarcaciones. Ante la solicitud de la comunidad portuaria de poner fin a este riesgo, el ente público comenzó su demolición, en la que se invierten poco más de 2.000 euros.